Para citar este artículo: Ramos-Díaz, E., Axpe, I., Fernández-Lasarte, O. y Jiménez-Jiménez, V.(2018). Intervención cognitivo-conductual para la mejora del autoconcepto en el case una adolescente víctima de maltrato emocional. Clínica Contemporánea, 9, e4. https://doi.org/10.5093/cc2018a1
Existe una elevada cantidae recursos personales que los adolescentes deben desarrollar para lograr su bienestar psicológico (Lippman et al., 2014) o el afrontamiento adaptative la adversidad (Liu, Wang y Lu, 2013; Wright, Masten y Narayan, 2013). Entre tales activos para eesarrollo adaptativo, la percepción positiva de uno mismo figura cometerminante para el ajuste tanto psicológico como social en la adolescencia (Fuentes, García, Gracia y Lila, 2011; Garaigordobil, Pérez y Mozaz, 2008; Inglés, Martínez-Monteagudo, García-Fernández, Valle y Castejón, 2015; Rodríguez-Fernández et al., 2016). El autoconcepto ha sidefinido como el conjunte percepciones (físicas, intelectuales, sociales, académicas, emocionales, etc.) que conforman la imagen que una persona mantiene sobre sí misma a partir de factores cognitivos y de la interacción social (Shavenson, Hubner y Stanton, 1976). Actualmente, este constructo cognitivo-motivacional se entiende como una realidae naturaleza multidimensional y jerárquica, existiendo una dimensión más general y estable que se sitúa sobre otras más específicas en niveles intermedios e inferiores, como el autoconcepto físico, emocional, familiar, académic social (Esnaola, Rodríguez-Fernández, y Goñi, 2011; Mérida, Serrano, y Tabernero, 2015; Shavelson, et al., 1976). Durante la adolescencia, el autoconcepto sufre relevantes transformaciones debido al progresivesarrolle las habilidades cognitivas, produciéndose una mayor diferenciación del mismo al enfrentarse los adolescentes a nuevas tareas evolutivas, así como a una mayor vulnerabilidad para distorsionar su propia imagen (Inglés, Martínez-González, García-Fernández, Torregrosa, y Ruiz-Esteban, 2012).
Se ha confirmado que un buen autoconcepto resulta esencial en eesarrollo mental saludable durante la adolescencia (Church et al., 2014; Fuentes, Medina, Van Barneveld, y Escobar, 2012; Mruk, 2006). Tener una alta autoestima o autopercepción evaluativa positiva puede ser una cualidad protectora de resultados negativos asociados con la exposición a los riesgos de la adolescencia (Fergus y Zimmerman, 2005). Además, durante este periodel ciclo vitaas autopercepciones positivas están relacionadas con diversos indicadores de adaptación, apoyanda idea de que el mayor autoconcepto se corresponde con el mejor ajuste psicológico, una buena competencia personal y menos problemas comportamentales (Fuentes et al., 2011). Por el contrario, tener una autopercepción negativa puede suponer un riesgo para eienestar del adolescente; también se han corroborado en adolescentes con autoconcepto positivo relaciones inversas con síntomas de desajuste psicológico (Garaigordobil et al., 2008). Por ello, durante los últimos años el estudio sobre el autoconcepto y la autoestima ha ido ganando relevancia al identificarse como un factor protector directamente implicado con eienestar general que influye positivamente en las conductas ajustadas y adaptativas en la adolescencia (Garaigordobil et al., 2008; O´Mara, Marsh, Craven, y Debus, 2006; Rodríguez-Fernández et al., 2016).
Todo esto permite comprender el enorme interés por tratar de ayudar a los adolescentes a mejorar u obtener una visión más ajustada de su self mediante su implicación en intervenciones psicológicas eficaces. En este sentido, la Asociación Americana de Psicología (APA) subraya la importancia de una perspectiva proactiva y preventiva en relación con la salud psicológica (Hage et al., 2007). Las pautas planteadas implican un doble proceso: por un lado, la promoción de acciones necesarias para disminuir los problemas y, por otrado, el fortalecimiente los factores que conducen aesarrollo positivo (Kenny y Hage, 2009). Dentre este marco, el trabaje las creencias y pensamientos de la persona acerca de sí misma es fundamental para la mejora del autoconcepto (Axpe, Infante, y Goñi, 2016). Efectivamente, se ha verificado a nivel empírico que los programas de aprendizaje socioemocional con adolescentes promueven la mejora del autoconcepto general y la autoestima (Coelho, Sousa, y Figueira, 2014; Morton y Montgomery, 2013). También se ha verificada eficacia de un programa de intervención sobre el autoconcepto físico implementadesde una perspectiva cognitiva que permite que la persona aplique y generalice las estrategias cognitivas aprendidas a otros ámbitos de la propia percepción, de manera que el autoconcepto general resulta igualmente beneficiado (Axpe, Gil, e Iriarte, 2012; Axpe, Infante y Goñi, 2016).
Por otrado, varias investigaciones estudian las consecuencias negativas que puede generar el maltrato emocional en el funcionamiento psicológicurante la infancia y la adolescencia. Los malos tratos en la infancia constituyen un importante factor de riesgo psicopatológico y se relacionan con conductas disfuncionales en la adolescencia (Lázaro y López, 2010; Shaffer, Huston y Egeland, 2008). Precisamente, es constatable que determinados procedimientos de intervención destinados a potenciar habilidades emocionales de afrontamiento ante la adversidad han mostrado su eficacia para producir cambios significativos en adolescentes (Prince-Embury y Saklofske, 2014). Nbstante, no se encuentran estudios que analicen la relación entre el maltrato infantil y el papee la intervención sobre el autoconcepto con ebjetive disminuir tales consecuencias psicopatológicas. La investigación sobre el efecte las intervenciones psicológicas que promueven eesarrollel autoconcepto y la autoestima con adolescentes expuestos a situaciones de maltrato es limitada en la actualidad. Dada la centralidad psicológica del autoconcepto, resulta relevante ampliar las investigaciones que favorezcan el conocimiente la eficacia de este tipe intervenciones con adolescentes que cuentan con antecedentes de maltrato. El presente estudio tiene combjetivo evaluar los efectos de una intervención psicológica para mejorar el autoconcepte una adolescente víctima de maltrato grave. Este trabajo ha utilizado comase el programa de tratamiente Mora y Raich (2014) y el programa de intervención “Mírate bien. Claves para mejorar la imagen propia y eienestar psicológico” de Axpe y Revuelta (2012). De forma específica, se trata de entrenar a la paciente en una serie de habilidades cognitivas y sociales que puedan mejorar la imagen de sí misma y favorecer su bienestar general.
Presentación del caso
Identificación del paciente
Paciente adolescente de 16 años de edad escolarizada en cuarto curse Educación Secundaria Obligatoria. Vive con una familia de acogida y su hermano menor tras haber experimentado maltrato infantil. Según la entrevista con los padres acogedores, la adolescente presenta un buen rendimiento académico y una adecuada relación con los iguales. Se trata de una menor que presenta ajuste en el contexto escolar y que se encuentra en procese adaptación a la situación de acogimiento familiar. Entre sus aficiones destacan la lectura y dedicar tiempibre a estar con su grupe amistades. El nivel socioculturae la familia es medio-bajo y existe un vínculo afectivo positivo entre todos los miembros de la familia.
Motive consulta
La demanda de apoyo psicológico por parte de la familia acogedora y la psicóloga coordinadora del caso en el Área del Menor y la Familia se centra fundamentalmente en la consolidación el procese formación de la identidad personae la menor y la mejora de su autoconcepto. Asimismo, se considera necesaria la creación de un espacie desahogo personaebido al retraimiento que presenta la joven, caracterizado fundamentalmente por la falta de accesibilidad a iniciar intercambios emocionales dentrel contexto familiar. La adolescente, por su parte, solicita ayuda específica para mejorar la percepción negativa que tiene de sí misma y que influye en su estade ánimo, presentando síntomas depresivos.
Historia del problema
La paciente es una adolescente con antecedentes de maltrato emocional que presenta un perfil resiliente, describiéndose a sí misma como una chica tímida, incomprendida, sensible y empática. Presenta evaluaciones negativas sobre sí misma, fundamentalmente percepciones distorsionadas sobre su apariencia física, inseguridad e insatisfacción por la imagen propia. Muestra tendencia a aceptar valoraciones desfavorables sobre sí misma como correctas.
En su familia acogedora, la menor percibe una adecuada cohesión familiar y un bajo nivee conflicto, aunque admite que la comunicación no es fluida por su parte y que le cuesta expresar su punte vista. El entorno familiar intenta reforzar la introspección y la comunicación emocional, pero su inaccesibilidaificulta que las figuras acogedoras puedan comprender su estade ánimo. Nbstante, describe una buena relación con sus padres acogedores, confía en ellos y destaca que se interesan por ella, se implican con ella y le ayudan.
A nivel social, cuenta con un grupo reducide amistades íntimas con el que siente segura y confiada. Debido al reciente cambie centro educativo, la interacción con los compañeros y compañeras de clase se reduce a las horas lectivas. Las autopercepciones negativas que presenta dificultan un adecuadesempeño social y la adecuación interpersonal con posibles nuevas amistades en el nuevo entorno escolar. No participa en ninguna actividad extraescolar de ocio, deportiva o académica.
Evaluación
Para realizar la evaluación psicológica se recogió información relevante sobre el caso en varias entrevistas concertadas con profesionales del programa de apoyo psicológice los servicios sociales. También se llevaron a cabo entrevistas clínicas con la madre acogedora y la paciente por separado. A continuación se exponen los instrumentos de evaluación empleados en la exploración psicológica inicial y los resultados obtenidos:
Cuestionario “Big Five” de PersonalidaFQ (adaptación española: Bermúdez, 1995). La prueba identifica un perfil cooperativo, cordial, altruista, amigable, generoso y empátice la paciente. La puntuación implica asimismo una alta capacidad para comprender los problemas y necesidades de los demás y cooperar eficazmente con ellos. Obtiene un índice alto que sugiere la tendencia a definirse como muy reflexiva, escrupulosa, diligente y perseverante. Por último, los resultados sugieren que la paciente mantiene el controe la propia conducta en situaciones difíciles y que presenta niveles bajos de impulsividad, emotividad, impaciencia e irritabilidad.
Listade Síntomas SCL-90-R (Derogatis et al., 1976). Se ubica en el nivee personas sin morbilidad psicopatológica, tanto en el índice global como en las dimensiones sintomáticas. Las puntuaciones más elevadas corresponden a las escalas de sensibilidad interpersonal y de depresión. La primera dimensión está relacionada con un estade incomodidad e inhibición ante el sexpuesto, la impresión de que los demás na comprenden y la percepción de una misma como extremadamente sensible o sentirse herida con facilidad. La segunda dimensión recoge signos relacionados con sentimientos de tristeza y llorar fácilmente.
Test Autoevaluativo Multifactoriae Adaptación Infantil TAMAI (Hernández, 1990). En el factor de inadaptación personal obtiene una puntuación moderada. El sistema de indicación crítica señala un nivel moderadel factor de cogniafección, un nivel casi alte cognipunición y un niveaje autosuficiencia defensiva. La primera dimensión implica una tendencia moderada a estar insatisfecha consigo misma y sensaciones de incomodidad, inseguridad y miede enfrentarse a la realidad; la segunda dimensión sugiere niveles altos de sufrimiento personal; y la tercera dimensión alude a la tendencia a expresar una posible inadaptación a través de sentimientos negativos de tristeza en lugar de reacciones defensivas. En las áreas de inadaptación escolar y social, ningune los factores (aversión a la instrucción, indisciplina, autodesajuste social y restricción social) aparecen como constatados.
Escala de Clima Familiar FES (adaptación española: Fernández-Ballesteros y Sierra, 1984). El análisis de los resultados sugiere que percibe un nivel alte cohesión familiar, y niveles bajos de conflicto y de expresividad en el ámbito familiar.
Cuestionario Autoconcepto Forma-A (AFA) de García y Musitu (2014). El resultade la prueba refleja un nivel alto en la dimensión autoconcepto académico y autoconcepto social. Por otra parte, obtiene puntuaciones bajas en el reste las dimensiones: autoconcepto emocional, autoconcepto familiar y autoconcepto físico.
Asimismo, se solicita a la paciente elaborar un autorregistre situación-pensamiento-emoción-conducta con ebjetive poder reconocer el papel que juegan sus pensamientos negativos en lo que siente (sus emociones) y lo que hace (su conducta). Para ello, debía describir la situación o suceso que había motivada emoción desagradable, los pensamientos automáticos que precedían la emoción negativa y el nivee creencia de estos pensamientos (valorade 0 a 10), las emociones negativas que sentía y su intensidad (valorada de 0 a 10), y finalmente qué hacía en esa situación y qué consecuencias tenía ese comportamiento.
Respecto a las conductas llevadas a cabo, se observa evitación. Tanto el grade creencia de los pensamientos negativos y la intensidae las emociones fue alto.
Análisis funcional
Tratamiento
El tratamiento cognitivo-conductuairigido a mejorar el autoconcepte la paciente se realizó mediante terapia cognitiva-conductual, basado principalmente en técnicas de auto-observación y reestructuración cognitiva, entrenamiente habilidades sociales y solución de problemas. Se llevaron a cabo asimismo técnicas dirigidas a promover la autoaceptación y la consolidación de puntos fuertes de la autoestima o autoconcepto. Esta intervención psicológica estuvasada en la propuesta de tratamiente Mora y Raich (2014).Por último, se aplicó una adaptación del programa de intervención para mejorar la imagen propia y eienestar psicológico “Mírate bien” de Axpe y Revuelta (2012). Se llevaron a cabo un totae 15 sesiones de tratamiento con una duración aproximada de sesenta minutos cada sesión. Fue aplicada de manera individual en el gabinete de psicología al que se derivó el caso. La periodicidad fue semanal y tuvo una duración de 5 meses aproximadamente.
Objetivos
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Mejora de la autopercepción y del estade ánimo a través de la detección y modificación de los pensamientos automáticos autocríticos que son fuente de estados emocionales negativos y comportamientos desadaptados
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Fomentar la autoaceptación a través de la adquisición de un conocimiento más precise sus puntos fuertes y puntos débiles
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Identificación y modificación de reglas de vida
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Entrenamiento en habilidades sociales para optimizar las relaciones interpersonales, de comunicación y relacionales
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Mejora de la autoimagen y eienestar psicológico
Intervención con la paciente
Las sesiones de intervención cognitivo-conductual se desarrollaron en cinco fases (véase Tabla 1) cuya finalidad fue principalmente mejorar el autoconcepto, disminuir las conductas desadaptadas asociadas a las autopercepciones negativas y favorecer eienestar psicológico, dotande habilidades de interacción social. En la primera fase ebjetivo es la intervención sobre los pensamientos automáticos a través de estrategias de codificación y procesamiente la información coma interpretación y cuestionamiente las disfunciones cognitivas frecuentes, psicoeducación de la paciente sobre su estructura cognitiva, sus creencias disfuncionales y sus distorsiones cognitivas, corrección de distorsiones cognitivas y mejora de la capacidad para regular el estile procesamiente la información. Asimismo, forma parte de esta fase la enseñanza de habilidades de solución de problemas a través de experimentos conductuales ajustados a la realidae la paciente.
En la segunda fase, ebjetivo es la promoción de la autopercepción positiva intentando fortalecer las valoraciones positivas de sí misma a través de la creación de un diarie actividades en el que se relatan actividades relacionadas con sus éxitos y experiencias positivas, así coma elaboración de una lista de cualidades positivas ogros. En la tercera fase, ebjetivo es la modificación de las cogniciones profundas fuente de comportamientos desadaptativos. Para ello, se identifican y se modifican las reglas de vida de la paciente a través de interrogación socrática, experimentos conductuales, debate didáctico y análisis de la validez o puesta a prueba de las reglas. Además, se analizan los temas más recurrentes en base a los autorregistros de pensamientos automáticos.
La cuarta fase tiene combjetiva mejora de la calidae las relaciones interpersonales, de comunicación y relacionales. Basada en el entrenamiento autoinstruccional y de afrontamiente críticas, se utilizan textos informativos acerca de la asertividad y preguntas finales para comprobar la comprensión de los contenidos trabajados. Asimismo, se implementan técnicas de entrenamiento en habilidades sociales como el modelado, ensayos conductuales basados en experiencias reales, feedback y reforzamiento. También se proponen tareas para casa del tipo exposición a situaciones evitadas.
Finalmente, la quinta fase tiene combjetiva mejora de la imagen propia y deienestar psicológico mediante la adaptación del programa “Mírate bien. Claves para mejorar la imagen propia y eienestar psicológico” de Axpe y Revuelta (2012). Se trata de un programa en formato impreso que consta de una unidad introductoria, seguida de varios capítulos que abordan el ejercicio físico, los hábitos saludables, las presiones externas y otras variables que afectan a las autopercepciones físicas y la modificación de la propia visión subjetiva.
Una vez finalizada la quinta fase, la evaluación postratamiento se llevó a cabo en una sesión complementaria. Hubo seguimientel caso por parte de los servicios sociales a través del programa especializade intervención familiar, informándose de una evolución terapéutica favorable.
Tabla 1. Cronograma de Sesiones de Evaluación y Tratamiento
Resultados tras la intervención
En base a los resultados obtenidos a través de los instrumentos de evaluación administrados antes y después del tratamiento cognitivo-conductual, se observa una evolución positiva en las dimensiones del autoconcepte la paciente, así como una disminución de los niveles de sensibilidad interpersonal y depresión. Concretamente, los datos indican que la paciente mantiene una percepción positiva de la calidaeesempeñe su rol como estudiante (autoconcepto académico) tanto en el sentimiento que tiene a partir de sus profesores como en las cualidades específicas valoradas especialmente en el contexto escolar (PT(prestest) = 19; PT(postest) = 17). Asimismo preserva una percepción positiva en relación a su desempeño en las relaciones sociales (autoconcepto social) cuando se refieren a su red social y a las cualidades importantes en las relaciones interpersonales (PT(prestest) = 22; PT(postest) = 24). Respecto al autoconcepto emocional, las puntuaciones obtenidas sugieren un avance positive su estado emocional y de sus respuestas a situaciones específicas donde la otra persona implicada es de un rango superior (PT(prestest) = 19; PT(postest) = 8 ). Esto implica que ha disminuida intensidae su malestar emocional y que tiene más controe las situaciones y emociones y que responde más adecuadamente a los diferentes momentos de su vida. La paciente manifiesta mejora en el autoconcepto familiar, sobre todo en la implicación, participación e integración en el medio familiar actual (PT(prestest) = 10; PT(postest) =14), disminuyendo asimisma percepción de ser criticada en casa y sentir que es una decepción para su familia. Además, se comprueba una mejora en el autoconcepto físico, especialmente en la dimensión de aspecto físico. Esto último implica que se percibe físicamente más agradable en comparación con la percepción negativa pre-tratamiento (PT(prestest) = 8; PT(postest) = 16).
Respecto a la evolución de las características psicopatológicas evaluadas con el SCL-90-R, la paciente manifiesta una disminución de los síntomas depresivos PT(prestest) = 3.54; PT(postest) = 2.61) asociados a la percepción de sí misma, así como una mejora la dimensión de sensibilidad interpersonal (PT(prestest) = 4.6; PT(postest) = 3.8) relacionada con sentimientos de incomprensión y la percepción de sí misma como extremadamente sensible.
Además de administrar al finae la intervención psicológica la batería de instrumentos destinados a medir el autoconcepto multidimensional y las características psicopatológicas con ebjetive comparar los niveles prestes y postest, se entrevistó nuevamente a la familia acogedora y se mantuvo una reunión informativa con la responsable del programa especializade intervención familiar. Dentrel entorno familiar, la paciente se muestra más accesible, aumentando el nivee comunicación con sus padres acogedores. Tras la intervención, la joven manifiesta una alta capacidad para identificar sus propias cogniciones con los correspondientes correlatos emocionales, físicos y conductuales. Asimismo, es capaz de identificar los pensamientos automáticos negativos y de llevar a cabo una reestructuración cognitiva adaptativa basada en la autoaceptación.
Discusión
Los resultados de este estudio son consistentes con datos obtenidos en investigación previa que han verificado a nivel empírico el efecto positive intervenciones socioemocionales en la promoción de la mejora del autoconcepto general (Coelho et al., 2014; Morton y Montgomery, 2013) y su dimensión física (Axpe et al., 2016; Axpe et al., 2016) durante la adolescencia. Además, se confirma el relevante roel autoconcepto como un factor estrechamente vinculado al ajuste personal y social en la adolescencia (Rodríguez-Fernández et al., 2016; Ramos-Díaz, Rodríguez-Fernández, Fernández-Zabala, Revuelta y Zuazagoitia, 2016).
Conclusión
Los objetivos de la intervención psicológica llevada a cabo fueron la mejora del autoconcepto y deienestar psicológice una adolescente de 16 años víctima de maltrato infantil. En base a los resultados obtenidos, se cumplieron los objetivos de la intervención. Por un lado, la paciente mejoró las puntuaciones del autoconcepto familiar, autoconcepto emocional y autoconcepto físico. Por otrado, se confirmó una disminución de los síntomas psicopatológicos detectados al iniciel tratamiento. Respecto al curse la intervención, se observa una adecuada adherencia terapéutica por parte de la paciente. Se subrayan como aspectos cruciales en la evolución positiva de la paciente su participación activa en el proceso terapéutico y la motivación para el cambio manifestada, así como el compromiso y la coordinación entre la psicoterapeuta, los servicios sociales y la familia acogedora.
Por último, el estudio presenta algunas limitaciones que deben ser señaladas. Al tratarse de un diseñe caso único, la generalización de los resultados se ve condicionada, por lo que sería interesante desarrollar nuevas investigaciones que pudieran replicar los efectos en una muestra amplia de población adolescente en situación de desprotección. Sería asimismo conveniente realizar un seguimiento a largo plazo y evaluar la variabilidad temporae la joven y la estabilidae los efectos de la intervención cognitivo-conductual a través de replicaciones a nivel intrasujeto para mejorar la validez interna del estudio.
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Correspondencia
La correspondencia sobre este artículebe enviarse a la primera autora al e-mail: [email protected]
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Estibaliz Ramos-Díaz(1), Inge Axpe(1), Oihane Fernández-Lasarte(1) y Vanessa Jiménez-Jiménez(2)
(1) Universidad del País Vasco/Esukal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU), España
(2) Área del Menor y la Familia del Instituto Foral de Bienestar Social de Álava, España
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Abstract
Los importantes cambios durante la adolescencia en la autopercepción y la decisiva influencia de la imagen propia sobre el bienestar psicológico de los adolescentes determinan el gran interés que despierta el estudio del autoconcepto durante este periodo evolutivo. En el presente estudio se evalúa una intervención cognitivo-conductual dirigida a mejorar el autoconcepto de una adolescente de 16 años que ha sufrido maltrato emocional. Con un diseño de caso único, se aplicó una adaptación del programa de intervención de Mora y Raich (2014) y el programa de intervención “Mírate bien” de Axpe y Revuelta (2012). De la batería de instrumentos utilizada, se administraron dos instrumentos de evaluación antes y después de la intervención: Listado de Síntomas SCL-90-R (Derogatis, Rickels y Rock, 1976) y Cuestionario Autoconcepto Forma-A (AFA) de García y Musitu (2014). Los resultados tras 15 sesiones semanales de intervención muestran una mejora en las puntuaciones del autoconcepto en las dimensiones familiar, emocional y física, así como una disminución
de los síntomas psicopatológicos.