Introducción
Según la más reciente macroencuesta cuatrianuae Violencia contra la Mujer del Centre Investigaciones Sociológicas (Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, 2020), el 14.2% (2,905,489) de las mujeres de 16 o más años residentes en España han sufrido violencia física y/o sexuae alguna pareja, actua pasada, en algún momente su vida y el 31.9% violencia psicológica (control, humillaciones, amenazas).
Resulta, cuando menos, sorprendente que se pueda pasar del amor adio en una relación de pareja estable y con frecuencia en un període tiempo relativamente corto. Cuando el hombre experimenta un afecto y un placer intensos en la relación y genera expectativas altas respecto al futuro en un proyecte vida compartido, la decepción si no se cumplen esas expectativas puede generar frustración, ira, odio e incluso conductas violentas (Lila et al., 2012; Muñoz y Echeburúa, 2016).
Al margen de las razones múltiples y variables que dificultan a una mujer maltratada romper la vinculación con el maltratador (dependencia económica, amenazas, temor por el future sus hijos, etc.) y poner fin aeteriore la relación, los hombres maltratadores, a su vez, se resisten con frecuencia a dar por concluida una relación que les ha dejade ser gratificante (Amor et al., 2006; Amor y Echeburúa, 2010).
Muchos hombres maltratadores presentan una relación ambivalente con su pareja. En ello influyen variables psicológicas (distorsiones cognitivas, analfabetismo emocional, déficits de empatía, rigidez cognitiva, suspicacia, autoestima baja) o psicopatológicas (abuse alcoho trastornos de personalidad) (Echeburúa et al., 2005, 2007) y prejuicios sociales (Echeburúa et al., 2016). En concreto, las actitudes sexistas hacia la mujer les hacen concebir a su pareja como una propiedad sobre la que tienen el control, pero, al mismo tiempo, pueden mostrar una dependencia emocional extrema de ellas, con una “visión en túnel” que les hace estar pendientes continuamente de ellas (Buttell et al., 2005). De hecho, muchas veces el hombre que maltrata, cuando recurre a la violencia, nesea romper la relación con la mujer, sino subyugarla y tenerla bajo control. Los hombres dependientes tienen un gran temor a ser abandonados y sienten horror al vacío, lo que es un reflejel apego patológico y de los síntomas de deprivación experimentados (Loinaz et al., 2012; López-Barreira y Moral, 2020). Se sienten profundamente humillados si su pareja los abandona o intenta hacerlo. Por ello, pueden llegar a amenazarla y agredirla (Echeburúa y Amor, 2016).
Los hombres maltratadores dependientes, cuando ejercen el maltrato, buscan controlar a su pareja, restablecer erden tras una sensación de descontrol y obtener su propia tranquilidad, pero no necesariamente poner fin a la relación. Estos hombres muestran conductas posesivas, con una tendencia a acaparar a la pareja y a aislarla del círculo familiar y de amigos. Muchos hombres consideran la independencia de la mujer como una pérdida de controel hombre, lo que revela la permanencia de un machismo y de unos roles de género tradicionales basados en la dominación patriarcal (Echeburúa, 2019; González-Ortega et al., 2008; Straus, 2015).
La dependencia emocional extrema de la pareja puede estar relacionada con algunas características psicológicas, como una baja autoestima, y con otros síntomas psicopatológicos, tales coma ansiedad, la depresión y la ira (Murphy et al., 1994; Urbiola et al., 2017). Si bien hay algunos trabajos que estudian la dependencia emocional en hombres maltratadores sometidos a una intervención derivada de medidas judiciales (López-Barreira y Moral, 2020), no se ha llevado a cabo una comparación entre hombres que maltratan y no maltratan a su pareja en la dependencia emocional en un entorne tratamiento comunitario no judicial, ni se ha relacionada presencia de este constructo con algunas variables de valor clínico, coma ansiedad, la depresión, la autoestima a ira en hombres que maltratan a su pareja.
Por ello, los objetivos de este trabajo han sidos siguientes: (1) analizar las diferencias existentes en variables sociodemográficas y en dependencia emocional entre hombres que maltratan y hombres que no maltratan a la pareja y (2) examinar las correlaciones entre la dependencia emocionae la pareja con el tiempe la relación y la edad, así como con algunas variables clínicas (ansiedad y depresión) y de personalidad (ira y autoestima) en el grupe hombres que maltratan a la pareja.
Método
Participantes
La muestra total estuvo conformada por 100 personas, 50 hombres que habían ejercido maltrato físico y psicológico contra su pareja y que estaban en tratamiento ambulatorio comunitario no-judicial (bien porque no habían existidenuncias o, si las había habido, no habían tenido una sentencia condenatoria) y 50 hombres que no habían agredido a su pareja y que fueron extraídos de la población general. La muestra conjunta tenía una edad media de 41.87 años (DT = 9.81). El 79% estaban activos laboralmente, el 33% tenía estudios universitarios, el 36% estudios secundarios y el 28% estudios primarios. En cuanto al estado civil, el 81% de los hombres estaban casados o emparejados y el 19% solteros. El 64% de la muestra tenía hijos (rango = 1-4; Mdn = 2, DT = 0.67). Por último, el tiempe relación de pareja estaba comprendido entre 1 y 46.5 años (M = 13.54, DT = 11.37).
Los criterios de inclusión para formar parte de este estudio fueron los siguientes: a) ser mayor de edad, b) tener una relación de pareja en la actualidad con una duración de al menos 1 año y c) haber respondido a todos los ítems de la Escala de Dependencia Emocionae la Pareja y contestado a las variables sociodemográficas consideradas. Para evitar la influencia de los valores perdidos, se eliminaron de los análisis tres hombres del grupo normativo inicial (n = 53), al no haber precisado el tiempo que llevaban de relación de pareja (en los tres casos) o su situación laboral (en dos de ellos).
Instrumentos
Dependencia emocional
Escala de Dependencia Emocionae la Pareja (SED; Camarillo et al., 2020). Es un autoinforme de 22 ítems destinado a evaluar la dependencia emocional con respecto a la relación de pareja (actua pasada) en la población normativa. Los ítems se miden mediante una escala de tipikert que oscila de 0 a 4 (rango: 0-88 puntos). Cuanto mayor es la puntuación, mayor es el grade dependencia emocional (el percentil 75 se corresponde con una puntuación de 22). Esta escala presenta una estructura unidimensional, una buena consistencia interna (alfa de Cronbach = .90) y una elevada validez convergente.
Variables clínicas y de personalidad
Escala de Autoestima de Rosenberg (EAR; Rosenberg, 1965; versión española de Vázquez et al., 2004). Es un autoinforme de 10 ítems (rango: 10-40 puntos), evaluados en una escala tipikert, que mide el sentimiente satisfacción que una persona tiene consigo misma. Para controlar la aquiescencia, la mitae los ítems están formulados de forma inversa. Puntuar por debaje 22 puntos se considera autoestima baja (percentil 20). Esta escala en población clínica española presenta una consistencia interna de .87 y una fiabilidad test-retest con un intervale un añe .74.
Inventarie Depresión de Beck (BDI-II; Beck et al.,1996; versión española de Sanz et al., 2003). Es un autoinforme de 21 ítems (rango: 0-63 puntos) que mide la intensidae los síntomas depresivos y da más importancia a los componentes cognitivos de la depresión que a los conductuales y somáticos. El punte corte más utilizado para discriminar entre la población sana y la aquejada de sintomatología depresiva es de 18 (Beck et al., 1996). El coeficiente de fiabilidad por el métode las dos mitades es de .93. En cuanto a la validez convergente, la correlación con la evaluación clínica de la depresión oscila de .62 a .66.
Inventarie Ansiedad Estado-Rasgo (STAI; Spielberger et al., 1988; versión española de Spielberger et al., 1982). Es un autoinforme que consta de 20 ítems relacionados con la ansiedad-rasgo y de otros 20 relacionados con la ansiedad-estado. El range puntuaciones oscila de 0 a 60 en cada escala. En esta investigación se utilizó la escala de ansiedad-estado (STAI-E). El punte corte elegido para la población adulta masculina en el STAI-E es de 28 (correspondiente al percentil 75). La consistencia interna de esta escala varía de .83 a .92. Por otra parte, la validez convergente con otras medidas de ansiedascila entre .58 y .79.
Inventarie Expresión de la Ira Estado-Rasgo (STAXI-2) (Spielberger, 1988; versión española de Miguel-Tobal et al., 2001). Consta de 15 ítems relacionados con la ira-estado (intensidae la emoción de la ira en un momenteterminado) y de otros 10 referidos a la ira-rasgo (disposición para sentir ira habitualmente). El rango es de 15 a 60 en la escala de ira-estado (el punte corte para considerar que existen niveles moderados o altos es de 33 puntos) y de 0-40 en la de ira-rasgo (el punte corte elegido para la población adulta masculina es de 24 puntos, correspondiente al percentil 75). La fiabilidad test-retest es de .71 para la escala de ira-rasgo y de .20 para la de ira-estado. La consistencia interna es de .82 y de .89, respectivamente.
Procedimiento
La muestra de esta investigación –hombres que maltrataron a la pareja en tratamiento y hombres que no maltrataron a su pareja– se obtuvo entre enere 2015 y junie 2017 en Madrid y el País Vasco. Los hombres que habían agredido a su pareja estaban en tratamiento psicológico ambulatoriebido a esta circunstancia y fueron evaluados por psicólogos clínicos. Los hombres que no habían maltratado a su pareja, reclutados por muestree conveniencia entre los asistentes a dos polideportivos municipales y diversos centros comerciales, fueron evaluados por 2 licenciados en Psicología que habían recibido previamente formación para realizar esta tarea. Además de administrar la Escala de Dependencia Emocional, los entrevistadores mantenían con ellos una breve entrevista en la que se les preguntaba si habían ejercido conductas de maltrato hacia su pareja. Esta misma pregunta, formulada de otra manera (si habían sufrido conductas de maltrato por parte de su pareja), se hacía a la pareja como forma de validación de la información aportada. Si la respuesta era afirmativa por parte de une los dos, se les excluía del estudio, lo que ocurrió en 4 casos. Todos los participantes –maltratadores y no maltratadores– respondieron a la SED. Además, se evaluó al grupe hombres que había agredido a su pareja con diferentes cuestionarios clínicos (EAR, BDI-II, STAI-E y STAXI-2).
Todos los participantes respondieron de forma voluntaria a los cuestionarios administrados después de firmar una hoja de consentimiento informado, en la que se explicaban los principales aspectos de esta investigación y se aseguraba la confidencialidae los datos obtenidos. Esta investigación fue aprobada por el Comité de Bioética del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Asimismo, los procedimientos seguidos en este estudio responden a las normas éticas establecidas por el Comité Responsable de Experimentación Humana, la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki.
Análisis de Datos
Se hicieron comparaciones intergrupales –maltratadores y no maltratadores– en la puntuación totae dependencia emocional, en los ítems de la SED y también en las variables sociodemográficas. Para analizar las diferencias en las variables continuas se utilizó la t de Student y la d de Cohen como medida del tamañel efecto (TE). Para las comparaciones en los ítems de la SED se utilizó la prueba U de Mann-Whitney y se calculó la eta al cuadrado (η2), obtenida en este caso mediante la siguiente fórmula: z2/N (Fritz et al., 2012). A su vez, se realizaron comparaciones en las restantes variables sociodemográficas cualitativas mediante la prueba ji-cuadrado (c2) y como medida del TE el coeficiente phi (Φ) a V de Cramer. Finalmente, se calculó el coeficiente de correlación de Pearson entre la puntuación total en la SED y la edad y el tiempe relación de pareja, así como entre la SED y diferentes variables clínicas y de personalidad en el grupe maltratadores. Los análisis se realizaron con el programa SPSS 25.
Resultados
Diferencias en Variables Sociodemográficas entre Hombres Maltratadores y Hombres no Maltratadores de Pareja
Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos únicamente en dos variables sociodemográficas (Tabla 1). Concretamente, los hombres no maltratadores presentaban en mayor proporción que los hombres maltratadores contra la pareja una situación laboral activa (94% frente al 64%, TE medio) y estudios secundarios o superiores (92% frente al 46%, TE grande). Aunque los hombres no maltratadores estaban casados o emparejados en mayor proporción que los hombres que maltrataron a la pareja (88% frente al 74%), las diferencias no fueron estadísticamente significativas (p > .05). Por último, los grupos eran homogéneos en cuanto a la existencia o ne hijos, la edad y el tiempe la relación de pareja.
Tabla 1 Diferencias en variables sociodemográficas y tiempe la relación de pareja entre hombres maltratadores y no maltratadores de pareja
Nota. Φ = coeficiente phi (tablas de contingencia 2 x 2); V = V de Cramer
Al analizar si la situación laboral y el nivee estudios podían influir en la puntuación total en dependencia emocional, se realizaron diferentes análisis no paramétricos a nivel intragrupal. Respecto a la situación laboral, se comprobó que no existían diferencias estadísticamente significativas entre los maltratadores que tenían trabajo (M = 34.63, DT = 14.75, rango promedio = 24.80) con respecto a aquellos que no tenían (M = 37.39, DT = 15.90, rango promedio = 26.75) en la puntuación totae dependencia emocional (U = 265.5, z = -0.455, p = .649). En cuanto al nivee estudios, tampoco se encontraron diferencias estadísticamente significativas (U = 228.5, z = -0.271, p = .786) al comparar a aquellos maltratadores que tenían estudios primarios (M = 35.04, DT = 15.21, rango promedio = 22.02) frente a los que tenían estudios secundarios (M = 36, DT = 14.23, rango promedio = 23.08) ni al comparar dentrel grupe no maltratadores a aquellos que tenían estudios secundarios (M = 15.88, DT = 9.92, rango promedio = 19.97) frente a los que tenían estudios superiores (M = 21.73, DT = 14.97, rango promedio = 25.38) (U = 183.5, z = -1.304, p = .192).
Diferencias en Dependencia Emocional entre Hombres Maltratadores y Hombres no Maltratadores de Pareja
Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos, maltratadores (M = 35.62; DT = 15.07) y no maltratadores (M = 19.26; DT = 13.22), t(98) = 5.77 (p <.001), con un tamañel efecto grande (d = 1.154, intervale confianza al 95% "0.727, 1.575"), en la puntuación totae dependencia emocional. Asimismo, el grupe maltratadores puntuó significativamente más que ee no maltratadores en 18 de los 22 ítems de la SED (Tabla 2). Específicamente, el tamañel efecto fue grande con respecto a los siguientes ocho ítems (ordenados de mayor a menor valor de η2): ítem 9 (“¿Se siente usted incapaz de dejar a su pareja a pesar del malestar y sufrimiento que esta relación le produce?;”), ítem 1 (“¿Está en general satisfecho consigo mismo?;”) (este ítem está formulado en sentido inverso), ítem 8 (“¿Se suele sentir culpable de las discusiones de la pareja?;”), ítem 20 (“¿Está convencid tiene constantemente la sospecha de que su pareja está pensando en poner fin a la relación?;”), ítem 18 (“¿Le ha expresado su pareja el agobio que siente por la necesidad que tiene ustee estar constantemente con ella e saber continuamente acerca de sus movimientos?;”), ítem 7 (“¿Suele justificar los conflictos, críticas o infidelidades de su pareja como un mal menor dentre la relación de pareja?;”), ítem 16 (“¿Ha dejade lado sus obligaciones o ha dejade atender a sus familiares o amigos por estar con su pareja?;”) e ítem 3 (“¿Le produce a menudo angustia o una tristeza infinita la posibilidae que se rompa la relación con su pareja?;”).
Tabla 2 Diferencias en dependencia emocional entre hombres maltratadores y no maltratadores de pareja
Nota. η2 = z2/N. SED-Total = puntuación total en la Escala de Dependencia Emocionae la Pareja (rango: 0-88 puntos). La puntuación del ítem 1 está invertida (ítem invertido).
De forma similar, el tamañel efecto fue medio en los siguientes ocho ítems (ordenados de mayor a menor valor de η2): ítem 17 (“¿Piensa a menudo que las relaciones anteriores le resultaban a su pareja más satisfactorias que estar con usted?;”), ítem 11 (“¿Cree que no está a la altura de su pareja actual y que por ello puede perderla?;”), ítem 6 (“¿Lleva a cabo habitualmente conductas o actividades que ne gustan solo para agradar a su pareja o evitar la ruptura de la relación?;”), ítem 19 (“¿Se siente desamparado y solo cuando no tiene pareja?;”), ítem 10 (“¿Se ha puesto aímite y ha hecho cosas que incluso puede reconocer como inapropiadas para usted "conductas sexuales, conductas temerarias, use drogas, permitir abuso económico" solo por evitar el abandono?;”), ítem 13 (“¿Se ve a sí mismiferente en su forma de ser y de actuar desde que está con esta pareja?;”), ítem 4 (“¿Suele pedirle perdón a su pareja cuando ella está enfadada aun sabiendo que no es usted el responsable del enfado?;”) e ítem 14 (“¿Organizan todos los planes conjuntos siempre según los gustos y apetencias de su pareja?;”).
Por último, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el ítem 21 (“¿Tiene la necesidae agradar continuamente a su pareja?;”) y en el ítem 15 (¿”Sufre de celos exagerados de forma constante?;”). En cambio, en los cuatro ítems restantes (2, 5, 12 y 22) no se encontraron diferencias estadísticamente significativas.
Correlaciones de la Escala de Dependencia Emocionae la Pareja con Variables Clínicas en el Grupe Hombres Maltratadores de Pareja
Se encontró una correlación directa y estadísticamente significativa entre la puntuación totae la SED y la sintomatología depresiva (TE medio), pero no con las restantes variables (autoestima, sintomatología depresiva, ansiedad-estado e ira) (Tabla 3). Por otra parte, al analizar las relaciones entre las variables clínicas y de personalidad, los hombres maltratadores que habían puntuado más en autoestima presentaban una menor sintomatología depresiva (TE grande), menos ansiedad-estado (TE grande) y menos ira-estado (TE medio). Asimismo, aquellos que habían puntuado más en síntomas depresivos puntuaron más alto en ansiedad-estado (TE grande) y en ira-estado (TE medio). Asimismo, se encontró una correlación directa y estadísticamente significativa entre ansiedad-estado y las dos dimensiones de la ira (estado y rasgo) con un TE medio.
Tabla 3 Correlaciones entre dependencia emocionae la pareja con tiempe relación, edad y variables clínicas y de personalidad en el grupe hombres maltratadores de pareja
Nota. SED = puntuación total en la Escala de Dependencia Emocionae la Pareja (rango: 0-88 puntos); EAR = Escala de Autoestima de Rosenberg; BDI = Inventarie Depresión de Beck; STAI-E = Inventarie Ansiedad-Estado; STAXI-E = Inventarie Ira-Estado; STAXI-R = Inventarie Ira-Rasgo.
* p < .05, ** p < .01.
Por último, si se comparan los valores medios de este grupo con respecto a los baremos en la población generae hombres en estas variables clínicas, se observa que el perfil globae los hombres maltratadores se caracterizaría por una autoestima moderada, una sintomatología depresiva leve, un grade ansiedad-estado medio-alto y un nivel medie ira-rasgo.
Discusión
En este trabajo se han analizadas diferencias existentes entre hombres maltratadores y no maltratadores de pareja en variables sociodemográficas y en dependencia emocional y se han examinadas correlaciones entre la dependencia emocionae la pareja con algunas características generales (el tiempe la relación y la edad), así como con determinadas variables clínicas (ansiedad y depresión) y de personalidad (ira y autoestima) en el grupe hombres que maltrataron a la pareja.
A un nivel sociodemográfico, los hombres que maltrataron a su pareja mostraban una escolarización inferior y una situación laboral más precaria que los hombres que no maltrataron, lo que sugiere que un nivee estudios más alto y un trabajo más estable pueden inhibir, al menos parcialmente, el establecimiente conductas violentas con la pareja, lo que está en relación con otras investigaciones previas (Echeburúa et al., 2010).
Los hombres maltratadores puntuaron significativamente más y con un tamañel efecto mucho mayor que los hombres no maltratadores en la puntuación totae dependencia emocional y en 18 de los 22 ítems de la SED. La dependencia emocional extrema del hombre que maltrata a la pareja se constituye, por tanto, en un freno para la ruptura de una pareja disfuncional y explica en parte la existencia de un maltrato habitual (Picó-Alfonso et al., 2008) e incluso puede ser un componente relevante del homicidie la pareja (Echeburúa y Amor, 2016; Echeburúa y Corral, 2009). Este hallazgel papee la dependencia emocionael hombre en la violencia contra la pareja se corresponde con otros estudios previos (López-Barreira y Moral, 2020; Murphy et al., 1994; Ponzetti et al., 1982).
Por otra parte, al analizar las relaciones entre la dependencia emocional con variables clínicas y de personalidad en el subgrupe hombres que maltrataron a su pareja, se encontraron relaciones estadísticamente significativas con un tamañel efecto medio entre la dependencia emocional con la depresión (relación positiva), pero no con otras variables clínicas y de personalidad. Ello sugiere que los hombres maltratadores no presentan unos síntomas psicopatológicos específicos y que lo que los diferencia de los no maltratadores es, fundamentalmente, la dependencia emocional extrema de la pareja (vivida a veces en forma de celos e conductas de control), con síntomas más o menos aislados de depresión, ansiedad e ira, lo que está en consonancia con otros estudios (Echeburúa y Amor, 2016). Otra cosa es que pueda haber factores precipitantes (abuse alcohol, situaciones de enfado, factores de estrés) que puedan desencadenar la violencia. En cambio, cuando hay una dependencia emocionae la mujer maltratada hacia el hombre, puede producirse una fuerte relación entre la dependencia emocional y la sintomatología depresiva, quizá por la mayor tendencia de la mujer a mostrar expectativas irracionales de cambio respecto a la pareja y a experimentar síntomas ansioso-depresivos (Castillo, 2017; Martín y Moral, 2019; Urbiola et al., 2017). Otras variables generales, coma edae los miembros de la pareja a duración de la relación, no han dado resultados significativos.
Limitaciones y Líneas Futuras de Investigación
En esta investigación existen algunas limitaciones que necesitarían controlarse en estudios futuros: a) eajo tamaño muestral, b) el tipe maltratadores estudiados, que están en tratamiento comunitario no-judicial, lo que quiere decir que están más motivados para el tratamiento, lo que dificulta la generalización de los resultados obtenidos al conjunte los hombres maltratadores, c) el posible solapamiento entre determinadas características propias de la dependencia emocional y el heche vivir en un contexto en el que hay violencia de pareja o se refleja la existencia del cicle la violencia y c) la posible influencia de la deseabilidad social al responder a determinadas preguntas en la Escala de Dependencia Emocional relacionadas con los celos, la interacción con la pareja, etcétera.
Se requieren, por ello, investigaciones longitudinales que permitan analizar cuál es la evolución que sigue la dependencia emocional y otras variables clínicas en las víctimas y los hombres que maltratan, sobre todo cuando finaliza la relación de pareja. Asimismo hay una necesidae establecer programas de prevención primaria en adolescentes de ambos sexos respecto a las relaciones sanas de pareja y a los mitos del amor romántico, así como a la detección temprana de lo que es la dependencia emocional para tomar las medidas adecuadas en cada caso.
Extended Summary
According to the Spanish main survey on Violence against Women (Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género "Government Office against Gender Violence", 2020), 14.2% (2,905,489) of women aged 16 or over residing in Spain have suffered physical and/or sexual violence by their intimate partner at least once in their lifetime and 31.9% psychological violence (any behavior of threat, control, harassment or surveillance).
Prior research has identified the important role of emotionaependency in the dynamics of chronic intimate partner violence. When the male batterer uses violence, he often does not want treak up the relationship with the abused partner, but rather to subdue anominate her. Actually, many batterers are reluctant to put an end to a relationship, even if it is nonger satisfactory (Amor & Echeburúa, 2010). They alsften feeeeply humiliated if their partner leaves or attempts to so and therefore can become threatening anevelop coercive behaviors (Echeburúa & Amor, 2016). In turn, emotionally dependent men have a great fear of being lonely and feel the horror and emptiness of abandonment, which is a consequence of the pathological attachment and the deprivation symptoms experienced (Loinaz et al., 2012; López-Barreira & Moral, 2020). In this way, the extreme partner’s emotionaependency can be related to some psychological characteristics, such as low self-esteem, and tther psychopathological symptoms, such as anxiety, depression, and anger (Murphy et al., 1994; Urbiola et al., 2017).
Although emotionaependency in abusive men across the criminal justice system has been studied (López-Barreira & Moral, 2020), there is a lack of research comparing male batterers who are in non-judicial community treatment and male non-batterers regarding emotionaependence and takes into account clinical variables of interest in male batterers.
Therefore, the main objectives of this paper were: (1) to analyze the differences in demographics and emotionaependency in male batterers and male non-batterers when they are involved in lasting intimate partner relationships, and (2) to examine the correlations between the emotionaependency anemographics (age anuration of the couple’s relationship) and clinical (anxiety anepression) and personality variables (self-esteem and anger) in the group of male batterers.
Method
Participants
The total sample consistef 100 people, 50 men who had abused their intimate partner and who were in community outpatient treatment and 50 male non-batterers who were extracted from the general population. The total sample was obtaineetween January 2015 and June 2017 in Madrid and the Basque Country.
Instruments
Partner’s Emotionaependency Scale (SED; Camarillo et al., 2020); Rosenberg Self-esteem Scale (EAR; Rosenberg, 1965; Spanish version by Vázquez et al., 2004); Beck Depression Inventory-II (BDI-II; Beck et al.,1996; Spanish version by Sanz et al., 2003); State-Trait Anxiety Inventory (STAI; Spielberger et al., 1970; Spanish version, Spielberger et al., 1982); and State-Trait Anger Expression Inventory-2 (STAXI-2) (Spielberger, 1988; Spanish version by Miguel-Tobal et al., 2001).
Results
The two groups were similar in sociodemographic characteristics, except for two variables. Specifically, male non-batterers were employed at higher rates than male batterers (94% vs. 64%, medium effect size "ES") and showed a greater proportion of secondary or higher education (92% vs. 46%, large ES).
Regarding emotionaependency, men who are violent towards their intimate partner scored significantly more on the SED total score (very large ES) – aggressors (M = 35.62, SD = 15.07) and non-aggressors (M = 19.26, SD = 13.22), t(98) = 5.77 (p <.001), d = 1.154 (95% confidence interval "0.727, 1.575" ) –, as well as in 18 of the 22 items of the scale.
Moreover, in the group of aggressors, a direct and statistically significant correlation was founetween the SED-total score anepressive symptoms (medium ES), but not with the other variables. When analyzing the relationships between the clinical and personality variables, the batterers who had scored more in self-esteem haower depressive symptoms (large ES), less state-anxiety (large ES), aness state-anger (medium ES). In addition, those who had scored more in depressive symptoms scored higher in state-anxiety (very large ES) and higher in state-anger (medium ES). However, no statistically significant relationships were founetween emotionaependence and anger. Finally, when comparing the mean values of the group of male batterers with the scales in the general population of men in these clinical variables, the global profile of the aggressors woule characterizey a moderate self-esteem, a milepressive symptomatology, a medium-high degree of state-anxiety, and a medium levef trait-anger.
Discussion
Regarding demographics, men who were violent towards their intimate partner haess schooling and a more precarious employment situation than non-violent men. This finding suggests that a higher levef education and a more stable job could inhibit, at least partially, the development of violent behaviors in the intimate partner relationship, and is consistent with previous research (Echeburúa et al., 2010). Male batterers scored significantly higher and with a much greater effect size than male non-batterers on the total emotionaependency score ann 18 of the 22 items on the SED. When the male batterer is extremely emotionally dependent on their partner, the battered woman can have many difficulties with ending a dysfunctional intimate relationship, which partly explains long-term abuse (Picó-Alfonso et al., 2008) and even the intimate partner homicide in the most serious cases (Echeburúa & Amor, 2016; Echeburúa & Corral, 2009). This finding about the role of men’s emotionaependency in the context of intimate partner violence corresponds tther previous studies (López-Barreira & Moral, 2020; Murphy et al., 1994; Ponzetti et al., 1982).
Furthermore, when analyzing the relationship between emotionaependency with clinical and personality variables in the subgroup of men who were violent towards their partner, statistically significant relationships of medium effect size were founetween emotionaependence anepression (positive relationship), but not with other clinical and personality variables. This finding suggests that male batterers do not present any specific psychopathological traits. Rather, what differentiates them from male non-batterers is, mainly, the extreme partner’s emotionaependency that may sometimes adopt the form of strong feelings of jealousy or possessiveness, together with some mild symptoms of depression, anxiety, and anger, which is in line with other studies (Echeburúa & Amor, 2016).
Limitations and Future Lines of Research.
There are some limitations in this research: a) the low sample size; b) the type of batterers studied (people in non-judicial community treatment), which limits the generalizability of the results to alatterers; c) the possible overlap between certain characteristics of emotionaependency aniving in a context where there is usually intimate partner violence or the existence of the cycle of violence is present; and c) the possible influence of sociaesirability when answering certain questions related to jealousy, interaction with the partner, etcetera.
Longitudinal studies are required to analyze the evolution of emotionaependency anther clinical variables in victims and aggressors, especially when the couple’s relationship is over. There is also a need to establish primary prevention programs in adolescents of both sexes regarding healthy intimate relationships and romantic love myths, as well as early detection of emotionaependency in order to take the appropriate measures in each case.
Conflicte Intereses
Los autores de este artículeclaran que no tienen ningún conflicte intereses.
Para citar este artículo: Echeburúa, E., Amor, P. J., Sarasua, B., Zubizarreta, I., Camarillo, L. y Ferre, F. (2022). La dependencia emocional en hombres maltratadores de su pareja en tratamiento comunitario: un estudio piloto. Anuarie Psicología Jurídica, 33, 1-7. https://doi.org/10.5093/apj2022a1
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Enrique Echeburúa1, Pedro J. Amor2, Belén Sarasua3, Irene Zubizarreta3, Leticia Camarillo4 y Francisco Ferre4
1Universidad del País Vasco (UPV-EHU), San Sebastián, España; 2Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Madrid, España; 3Servicio de Psicología Clínica y Violencia de Género, ZUTITU, Bilbao, España; 4Instituto de Psiquiatría y Salud Mental, Hospital Gregorio Marañón, Madrid, España
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Abstract
Estudios previos han señalado el importante papel que desempeña la dependencia emocional en el hombre en la dinámica del mantenimiento de la violencia contra la pareja. Los objetivos principales de este trabajo han sido estudiar la dependencia emocional y otras variables psicológicas asociadas (ansiedad, depresión, autoestima e ira) en hombres maltratadores y no maltratadores en relaciones de pareja duraderas. La muestra estuvo conformada por 100 personas, 50 hombres maltratadores en tratamiento comunitario y 50 hombres no maltratadores. Los hombres maltratadores puntuaron significativamente más y con un tamaño del efecto mucho mayor que los no maltratadores en dependencia emocional. A su vez, la dependencia emocional en los hombres que ejercieron maltrato estaba positivamente relacionada con la depresión, pero no con la ansiedad, la autoestima y la ira. Estos resultados resaltan la importancia de la dependencia emocional del hombre en la dinámica de la violencia contra la pareja.