Content area
Full Text
Hace poco, durante una conversacion en la que estaba presente un ciudadano europeo inquiete, como muchos habitantes del viejo continente, por las raíces y las causas de la violencia en nuestro país, nos preguntaba si tal vez no sería un problema de idiosincrasia nacional. Uno de los presentes, un poco alterado, lo remitió a que leyera el diseurso de García Márquez con ocasion de recibimiento del premio Nobel, en Estocolmo. Particularmente ese trozo que dice:
..."Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es dificil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como Io fue para ellos.
La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez mzs desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 anos para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de la incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávides, ensangrentaron a Europa como soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lasquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes". (Gabriel Garcia Márquez "La Soledad de AméLatina").
No debe servirnos de consuelo, pero si a eso agregamos todos los Atilas, las noches de San Bartolomé, el aniquilamiento de los indigenas norteamericanos por los blancos civilizados, la esclavitud bendecida por los mas venerables. Padres, las guerras de 100 afios, las guerras mundiales, los hornos crematorios, los Gulags, la Inquisición, no podemos evidentemente sentirnos solos en el esquema general de violencia y barbarie...