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¿Cuál es el límite de la convivencia multiculturalista en democracia, a partir del proceso capitalista neoliberal de modernización? En esta dirección, se analizan los antecedentes sociales que condujeron a un grupo de mineros, campesinos e indígenas, en la región boliviana de Norte Potosí, a tomar las minas auríferas de Amayapampa y Capasirca, propiedades de una trasnacional norteamericana. Se reproducen los hechos y argumentes de la intervención mortal del Estado, posteriores a la toma, que ocasionaron la denominada Masacre de Navidad; concluyendo que el totalitarismo obstructor del respeto a la multiculturalidad en democracia, se encuentra en la dinámica expansiva del neoliberalismo y en la reproducción e imposición de las relaciones capitalistas de producción.
Palabras clave: economía indígena, violencia estatal, neoliberalismo, Bolivia.
-Cuando yo uso una palabra, -dijo Humpty Dumpty en un tono más bien desdeñosoesa palabra significa exactamente lo que yo quiero que signifique, ni más ni menos.
-La cuestión está -dijo Alicia- en si usted puede hacer que las palabras signiliquen tantas cosas diferentes.
-La cuestión está -dijo Humpty Dunty- en quién es el que manda. Eso es todo.
Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas
En diciembre de 1996, fuerzas combinadas del Ejército y la Policía bolivianos reprimieron a trabajadores de las minas auríferas de Amayapampa y Capasirca1, indígenas laymes, juk'umanis y campesinos chayantaqas2; quienes conjuntamente habían tornado ambos yacimientos, para entonces pertenecientes a una trasnacional norteamericana. Se comprobaron 10 muertos y 40 heridos3. El hecho sería recordado como la Masacre de Navidad.
En Bolivia, el discurso democrático solía rememorar las masacres militares como a rescoldos del pasado dictatorial, escombros totalitarios barridos por el mecanismo del diálogo y la concertación, el respeto a la diversidad y la plurimulticulturalidad. Al menos estos eran los principios que, desde su ascenso al gobierno en 1993, la coalición tripartidaria dirigida por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), había dicho propugnar. Durante su gestión gubernamental, un indio aymara ocupó la segunda magistratura del país hasta agosto de 1997, fecha que asumió la presidencia el ex-dictador Hugo Banzer Suárez.
Hoy, un prudente silencio se guarda sobre el significado de diciembre de 1996. Probablemente desempolvar la Masacre de Navidad, permitiría apartar las ilusiones democráticas de quienes en Bolivia todavía sostienen que la economía de libre mercado, la democracia représentative...