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El año 1959 se erige amenazador ante la inminente separación de la patria cubana. El éxodo comienza y con él el exilio. Cuba una vez más, como en el siglo XIX, en la época de las guerras de independencia contra España, experimenta el desafío de vivir la transterritorialidad de su cultura, pero esta vez, por la larga permanencia de la misma-cuarenta años-se ve unida al concepto de la diáspora, "somatizando"1 así el éxodo, haciendo "durar" la patria más allá de sus confines físicos, deslimitándola cartográficamente.
Desde ese fatídico año de 1959 muchos escritores han salido de la patria, y fuera de ella continúan su tarea con la misma chispa creadora, quizá aún más candente por el dolor y la nostalgia que les ocasiona la ruptura física con la tierra que los vio nacer.
Junto con otros genres, la poesía de temática negrista también se expatria y, contrario a lo que se hubiese podido creer, florece en tierras extranjeras, como recordatorio de la Cuba de ayer; formando "escuela en el exilio cubano."2 Entre los poetas negristas del exilio se hallan Rolande Campins, Jack Rojas, Ana Rosa Núñez, Anisia Meruelo, Rolando Alvárez (Alvaro de Villa), Ana H. González, Pura del Prado, Rafael Esténger y José Sánchez Boudy, para mencionar a algunos. Para ellos, como bien ha dicho Hortensia Ruiz del Vizo, "el recuerdo constante de la patria ausente [les] ha llevado a pintar las tradiciones afrocubanas; a hacer poesía negra: ya por pura añoranza, ya tratando de dejar para la posteridad una imagen viva de lo que eran esas tradiciones afrocubanas" (19).
Sin embargo, este estudio enfoca a uno sólo de estos poetas negristas del exilio; hoy vamos a escuchar el tocar del cuero de bongó de los poemas negros de José Sánchez Boudy, autor de Ritmo de Solá (Barcelona, 1967), Alegrías del coco (Barcelona, 1970), Crocante de maní (Miami, 1973), Aché, Babalú Ayé (Miami, 1975) y Ekue Abanakué Ekue (Miami, 1977), todas colecciones de versos de temática afrocubana escritos en el exilio.
En el caso de José Sánchez Boudy, se destaca el hecho de que toda su obra literaria es producto del desarraigo. En Cuba Sánchez Boudy era abogado criminalista; en Greensboro, North Carolina, él es poeta, ensayista, crítico y profesor, propulsado por un nuevo y...