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Un film realizado en Marruecos por cineastas de dicho país pero formados en Polonia, fue prohibido por la censura local en 1974 y reapareció cuarenta años más tarde en Barcelona, donde fue restaurado por la Filmoteca de Catalunya. Esta es la crónica de un largo y significativo viaje cinematográfico repleto de incidencias pero con final feliz.
Mostafa Derkaoui se diplomó como realizador en la Escuela de Cine de Lodz (Polonia) a finales de los años sesenta mientras su hermano Abdelkrim lo hizo en dirección de fotografía. Previamente, el primero había cursado seis meses en el IDHEC de París y había realizado un cortometraje en Casablanca, Les 4 murs. En Polonia rueda otros cuatro films académicos, dirige teatro y, junto con su hermano y otros alumnos marroquíes, desarrolla una actividad militante contra la represión política que vive su país. El nuevo director del Centre cinématographique marrocain le garantiza, sin embargo, el regreso sin represalias. A partir de 1972, Mostafa y Abdelkrim filman noticiarios oficiales para esta institución mientras preparan su primer largometraje independiente, De quelques évènements sans signification (Ahdate bila dalala).
CRÓNICA DE UN ACONTECIMIENTO
Fruto del compromiso político de sus autores y de las influencias de los "nuevos cines" que en los años sesenta se desarrollan en todo el mundo, este film rodado en Marruecos en 1974 revela una modernidad desde la cual cuestiona el papel del cine -y de los artistas- en un contexto de opresión política. Más cerca del espíritu antropológico de Edgar Morin y Jean Rouch en Chronique d'un été (1961) que de las perspectivas sociológicas de Pier Paolo Pasolini en Comizi d'amore (1965), el propio Mostafa Derkaoui realiza una encuesta sobre la relación de jóvenes marroquíes con el cine de su país. Esta pregunta incomoda, sin embargo, a un maestro de escuela, que arrastra su malestar social a un bar en el que se produce un asesinato por arma blanca.
En una entrevista publicada en la época, Derkaoui definía su proyecto como colectivo y revelaba que "la producción reposó en buena parte en la participación concreta y material de determinados artistas nacionales 1". Entre ellos, había célebres pintores, como Melehi, Hamidi, Chabaa, Bekkai, Miloud, Belcadi, Kasimi o Aziz Sayed, que no dudaron en ceder algunas de sus obras para financiar la...