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La Declaration de los Derechos del Hombre y del Ciudadano fue aprobada por la Asamblea nacional el 26 de agosto de 1789. El debate que llevo a la aprobacion se desarrollo en dos etapas. Desde el 1 al 4 de agosto se discutio si debia hacerse una declaration de los derechos antes de crear una constitution. Contra quienes la consideraban inutil y contra los que la consideraban util pero postergable, o util solo si estuviese acompanada de una declaracion de los deberes, la Asamblea decidio casi por unanimidad que una declaracion de los derechos -por entender, segun las palabras de un miembro de la Asamblea inspiradas en Rousseau, que equivalia al acto de la constitution de un pueblo- debia proclamarse de inmediato y, por lo tanto, preceder a la constitution. Del 20 al 26 de agosto se discutio y aprobo el texto escogido por la Asamblea.
El entusiasmo fundador
Los testimonies de la época y los historiadores coinciden en sostener que este acto representa uno de esos momentos decisivos, al menos simbolicamente, que marcan el fin de una etapa y el comienzo de otra, y, por lo tanto, indican un cambio de rumbo en la historia del género humano. Un gran historiador de la Revolucion. Georges Lefebvre, escribio: "Al proclamar la libertad, la igualdad y la soberania nacional, este texto (la Declaracion) constituia 'el acto de defuncion' del Antiguo Régimen, destruido por la revolution popular". De los miles y miles de testimonios del significado ideal de este texto que nos han dejado los historiadores del siglo pasado, elijo el de un escritor politico, Alexis de Tocqueville, el primero en someter a discusion la imagen que la Revolucion habia tenido de si misma. Refiriéndose a la primera fase del 89, la describe como "tiempo de juventud, de entusiasmo, de orgullo, de pasiones generosas y sinceras: época que a pesar de sus errores vivira eternamente en la memoria de los nombres, y que por mucho tiempo todavia perturbara el sueflo de quienes pretendan corromperlos o sojuzgarlos".
Curiosamente, la misma palabra "entusiasmo" (una palabra que el racionalista Voltaire detestaba), habia sido usada por Kant, quien, aun condenando como una abomination el regicidio, escribio que era la "revolution de un pueblo lleno de espiritu", que habia podido acumular...