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Miguel Ángel García, profesor de la Universidad de Granada, ha escrito un libro del máximo interés, titulado Melancolía vertebrada. La tristeza andaluza del Modernismo a la Vanguardia. 1 La intención de la obra no ha sido otra que recuperar y analizar una serie de imágenes literarias de Andalucía desde el Modernismo a la Vanguardia, aunque su propósito se ve superado porque se introduce en espacios de la historia literaria anteriores y también posteriores, estableciendo no un diagnóstico aislado sino fundamentado en el desarrollo de esa imagen a través de un fragmento temporal mucho más amplio, desde los viajeros románticos y posrománticos extranjeros a las recientes y muy significativas visiones de Andalucía desde los años treinta, con García Lorca al frente, hasta la posguerra incluso.
Tras esta etapa histórica tan fructífera como influyente, expresión del liberalismo ideológico, todo se vendría abajo con la retrógrada representación de Andalucía en los años del franquismo, que consagró o estableció como definitiva una sesgada visión de lo andaluz eminentemente folklórica, como esencia de lo español, de carácter alegre y festivo, de charanga y pandereta, que se contrapone al concepto mucho más riguroso de la tristeza andaluza, consolidado en el fin de siglo y en los años siguientes hasta la Guerra de España.
La aparición, en el significativo año de 1898, en Granada precisamente del libro, hoy tan olvidado, de Nicolás María López, titulado Tristeza andaluza, es muy iluminadora sobre el sentido de esa melancolía vertebrada que analiza Miguel Ángel García en su libro. Nicolás María López era amigo de Ángel Ganivet, el autor de otro libro no menos representativo de una ideología y un pensamiento singular, Granada la Bella, y pertenecía a la célebre Cofradía del Avellano. La repercusión del libro en los intelectuales modernistas andaluces fue inmediata especialmente en Francisco Villaespesa, que estaba convencido de que la Andalucía más auténtica y profunda no era la del jolgorio y la taberna sino la más reconcentrada y triste.
Por eso, el autor dedica un espacio de su libro al paradójico sentimiento de Villaespesa que trató de la tristeza de la alegría andaluza. Y lo mismo que Villaespesa, el joven Juan Ramón Jiménez considera la importancia de esta tristeza de Andalucía, que se evidencia en otro poeta andaluz de la época, el...