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PALABRAS CLAVE: Roberto Bolaño, Los detectives salvajes, géneros discursivos, juicio, vanguardia, realismo visceral, el horror, el mal.
KEY WORDS: Roberto Bolaño, Los detectives salvajes, speech genres, trial, avant-garde, visceral realists, horror, evil.
Construida como un tríptico, la novela de Roberto Bolaño Los detectives salvajes, publicada en 1998, está formada por dos partes más breves, que funcionan como un marco, y por un extenso panel central, en el cual la proliferación de tiempos, espacios, voces, personajes y tramas fragmentadas hace que el relato se desborde. En una multiplicidad como ésta, la lectura es una actividad que puede generar, como producto, diversos sentidos. En el presente trabajo, sostengo que uno de estos sentidos es el juicio a las utopías artísticas y políticas de la modernidad. Para estos efectos entiendo el juicio, utilizando la terminología de Bajtin, como un género discursivo secundario o complejo, en principio no literario, pero que ha sido apropiado desde muy temprano por la novela como una forma de representar el acontecer1.
Esta lectura se origina en el indicio que representa la adopción, en algunos testimonios, de una jerga judicial. Por ejemplo, cuando Lisandro Morales se refiere "al susodicho Arturo Belano" (207); cuando Verónica Volkow inicia su intervención diciendo "[s]e equivocó el señor José Colinas al afirmar que nunca más volvería a ver a los ciudadanos chilenos Arturo Belano y Felipe Müller, y al ciudadano mexicano, mi compatriota Ulises Lima" (327); y cuando Joaquín Font, en el capítulo cinco, parodia el estilo de argumentación de un abogado:
Tomemos, por ejemplo, un lector medio... Ahora tomemos al lector desesperado... Primero: se trata de un lector adolescente... Segundo: es un lector limitado. ¿Por qué limitado? Elemental, porque no puede leer más que literatura desesperada... Otrosí: los lectores desesperados son como las minas de oro de California... (201-02).
Los personajes a quienes se refieren los testimonios son los protagonistas de la novela, Ulises Lima y Arturo Belano, dos jóvenes que en el Distrito Federal de mediados de los años setenta fundan un movimiento poético de inspiración vanguardista, el realismo visceral, que toma su nombre de un grupo creado por Cesárea Tinajero hace más de medio siglo. En la segunda parte de la novela, Lima y Belano viajan por Europa, Israel y África (al final Lima...





