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Este trabajo aborda el fenómeno social establecido hace tiempo en Chiapas y en el país recientemente, cuyo impacto en la frontera sur tiene una particularidad estratégica. Su objetivo es analizar los resultados encontrados a partir de la aplicación de una encuesta a chiapanecos, en torno a lo que piensan y cómo perciben los retenes militares establecidos, mismos que han pasado a formar parte de su experiencia personal por el contexto violento que se vive en México desde que el gobierno panista declaró la guerra al narcotráfico.
Introducción
Al cruzar la frontera de Guatemala hacia Chiapas tuve que pasar por varios retenes militares. Me pareció excesiva la presencia y el control del Ejército en varias zonas, pues en ese momento no había una guerra para dar razón a su presencia y movilización, sino una suspensión de las negociaciones y el diálogo entre el gobierno y la guerrilla zapatista. Entonces me pregunté el porqué de su presencia.
En uno de los retenes le pregunté a un oficial que por qué revisaban a la gente, por qué el control. "Por su seguridad", me contestó sin aludir a ninguna ley o reglamento.
Algo sacó a los soldados de sus cuarteles, a los marinos de los puertos y a los pilotos de sus aeropuertos para "coadyuvar" con las tareas que relizan otros cuerpos de "seguridad", como las policiías y los agentes de la Procuraduría de Justicia.
Me pregunté también el porqué me detenían y revisaban los soldados y no los cuerpos policiacos encargados, como se sabe, de la seguridad pública. ¿Por qué el Ejército estaba en ese momento (diciembre de 1998) desempeñando esas funciones? ¿Qué motivos lo colocaron en esa posición? Estas preguntas volvieron en años muy recientes y fueron la razón del proyecto de este trabajo.
Según la Encuesta Nacional de Víctimas y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), Chiapas se ubicaba en 2013 como uno de los estados más seguros junto a Coahuila, Oaxaca y Tlaxcala. Esta fuente concluye que la violencia aquí ha sido en otros niveles: asaltos o robos en la calle o en el transporte público, en casa, extorsión, amenazas verbales, fraude, robo de vehículos, lesiones, delitos sexuales y secuestros.
Esta encuesta omitió la violencia hacia los migrantes. Hasta 54% de la población consideró...