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Así comienza el espacio, solamente con palabras, con signos trazados sobre la página blanca. (Perec)
Introducción
En 2001 la editorial Sudamericana publicó el primer libro de Cynthia Rimsky, Poste restante. Casi una década más tarde, en 2010, Sangría Editora preparó una nueva versión revisada y aumentada de aquel relato textovisual de un viaje por tierras de África, Asia y Europa que incluía, entre otros, un fragmento inédito en el que leemos: "Bowles, Potocki, Maupassant, Gide, viajaron para abrir ventanas y descubrir mundos no solo geográficos sino imaginarios. En la actualidad el viaje es un asunto de metereología [sic]. Al acercarse el otoño a Europa Central, los viajeros modernos se trasladan al lado soleado" (38).2 La escritora chilena retrata, con evidente ironía, a esos pretendientes del sol y los climas cálidos a los que se refiere como "viajeros del tiempo". En la actualidad, no obstante, el viaje sigue siendo un asunto de literatura como demuestra, sin ir más lejos, Poste restante. Sí que es posible aún viajar para ampliar los imaginarios: aún quedan viajeros del espacio.
No en vano, Ottmar Ette se pregunta por qué insistimos en partir del espacio para edificar una reflexión compleja sobre el mundo contemporáneo si, en paralelo, diversos factores podrían conducirle a vaticinar su disolución en términos empíricos (Literatura en movimiento 16). Como el comparatista recuerda, en la actualidad somos capaces de recorrer distancias cada vez mayores empleando cada vez menos tiempo en los trayectos. Esto implica, por un lado, que se amplían las zonas en que nos movemos, lo que podríamos denominar márgenes de la cotidianidad; y, por otro, que se multiplican los lugares que visitamos mientras disminuye la duración de las estancias. Por otra parte, podemos establecer una comunicación inmediata entre territorios muy alejados entre sí gracias a Internet o vía satélite (Literatura en movimiento 16-17). Si también desde la antropología se ha llegado incluso a proclamar la muerte del viaje (Lévi-Strauss 52) y desde la etnología se ha advertido de la "posibilidad efectiva, tecnológica, de ubicuidad" (Augé, "El viaje inmóvil" 14), cabe preguntarse, entonces, por qué ambos, viaje y espacio, son conceptos centrales en las manifestaciones artísticas del siglo XXI.3 Quizá porque desde que tenemos memoria, desplazamiento y relación han confluido en la experiencia del viajero, del mismo...