Resumen
Los municipios de Amalfi y Anorí fueron establecidos a ambas orillas del río Porce, en el nordeste del departamento de Antioquia, a principios del siglo XIX y a mediados de ese siglo ya eran importantes centros de desarrollo de la región. Las nuevas técnicas de extracción del oro empleadas en la minería aurífera de aluvión y de veta, durante la segunda mitad del siglo XIX, produjeron un aumento significativo en su producción, transformado la vida económica y social de las dos localidades. Para describir su historia local, las características físicas y actividades económicas de Amalfi y Anorí, el artículo está basado en fuentes primarias como denuncios y pleitos de minas, publicaciones periódicas y oficiales de la época y bibliografía secundaria sobre historia de estos lugares.
Palabras clave: actividad económica, denuncios de minas, historia local, Marceliano Vélez, oro, pleitos por minas, poblamiento.
Abstract
The municipalities of Amalfi and Anorí were established on different sides of the Porce river in the north-east of the department of Antioquia in the early 19th century, and by the middle of the century they were important centers of regional development. New techniques of mineral extraction in both the alluvial and seam mining of gold during the second half of the century resulted in a significant increase in production, which in turn transformed the economic and social life of these localities. In the development of this local history, its physical characteristics and economic activities, the paper is based on primary sources such as denouncements and disputes related to the mines, periodicals and official publications of the time, and secondary sources dealing with the history of the places under study.
Key words: economic activity, denouncements, local history, Marceliano Vélez, gold, mine disputes, population processes.
Introducción
Durante la segunda mitad del siglo XIX el oro fue uno de los principales productos de exportación colombiano y las minas antioqueñas aportaron más del 70 por ciento de la producción aurífera del país. El nordeste de Antioquia sobresale como la región más aurífera del departamento, con los distritos de Remedios, Segovia y Zaragoza como principales productores de oro desde tiempos coloniales. Amalfi y Anorí, dos poblaciones de la misma subregión, establecidas a ambas orillas del río Porce, surgieron en la primera mitad del siglo XIX y contribuyeron, en menor proporción, a la explotación y producción de oro, pero en sus minas se hicieron importantes innovaciones tecnológicas para la minería antioqueña de esa centuria. El tema del presente artículo es el rápido incremento en la producción aurífera en Amalfi y Anorí, en la segunda mitad del siglo XIX, hechos que convirtieron a estas poblaciones en ejes de crecimiento social del nordeste antioqueño.
Diversos autores han estudiado la minería antioqueña desde la Colonia hasta el siglo XX, sin embargo, la historia de la minería en el nordeste de Antioquia ha sido poco investigada1. Las primeras descripciones de la geografía e historia de Amalfi y Anorí fueron hechas por Agustín Codazzi en 1853 y Manuel Uribe Ángel en 18832. En monografías más recientes se recopila la historia de los dos municipios, destacando a la minería como un factor primordial en su conformación3.
Existen varias fuentes para estudiar la actividad minera en esta región, entre ellas la revista Minería publicada por la Asociación colombiana de Mineros entre 1932 y 1986, la cual en sus 205 números contiene estudios mineralógicos e históricos. También algunas obras literarias describen la vida cotidiana de los mineros en el río Porce4. Por su parte, el Índice de Minas de Antioquia, es una recopilación de los denuncios de minas del departamento desde el siglo XVIII, inicialmente José María Mesa Jaramillo elaboró un listado de las minas tituladas entre 1739 y 1900, el cual fue publicado en 1906, más adelante Gabriel Arango Mejía y Juan de la Cruz Congote completaron este catálogo incluyendo los denuncios hechos hasta mediados del siglo XX5. El Anuario Estadístico de Antioquia de 1888, elaborado el administrador general del tesoro del departamento de Antioquia, es una valiosa fuente que detalla la situación económica y social de los municipios de Antioquia en ese año6.
1. El imaginario de la riqueza minera
El río Porce, llamado el Pactolo antioqueño por su riqueza aurífera, nace en el Valle de Aburrá, centro de Antioquia, y vierte sus aguas al río Nechí en el nordeste. La subcuenca del Nechí, afluente del río Cauca, está sobre una fosa tectónica que drena las aguas desde el Valle de Aburrá hasta la planicie formada por el Cauca. El río Nechí tiene como principal afluente al río Medellín, el cual en su parte alta se encañona cuarenta kilómetros en dirección noreste, luego el valle se amplía y el río cambia su nombre por el de Porce. En la zona de Amalfi las vertientes se alargan y las pendientes se suavizan hasta llegar a Dos Bocas, donde desemboca al Nechí7.
A mediados del siglo XIX, Franklin White, ingeniero de minas inglés, director de la empresa The Frontino and Bolivia Gold Minning Company, decía: "si este río se dragara debidamente el oro excedería en cantidad a la producción total de Australia". Su afirmación expresa el imaginario creado acerca de la riqueza aurífera del río Porce, pese a los métodos rudimentarios con que era explotado8.
El poblamiento de Amalfi y Anorí, en el valle del río Porce, data de la primera mitad del siglo XIX. Cuando en 1853, pasaron por allí los exploradores de la Comisión Corográfica, quedaron impresionados por la tenacidad de los colonos antioqueños, dado el rápido desarrollo de estas dos poblaciones a pocos años de su fundación9. Dicha comisión determinó que la producción minera de la provincia de Medellín10 ascendía a 1.360.000 pesos anuales, de los cuales el nordeste aportaba el 60 por ciento, el cantón de Medellín el 18 por ciento y el de Amagá el 22 por ciento11.
En 1880, el viajero alemán, Frederich von Schenk, notó que la riqueza aurífera de los ríos antioqueños contrastaba con la miseria de los mineros: "En todas las quebradas se ven los pobres 'mazamorreros' -en su mayor parte mujeres- como sacan, lavando con suma paciencia, los pequeños granos de oro, de valor de unos pocos reales. Pedazos de oro de considerable tamaño se encuentran con frecuencia en el río Porce debajo de Barbosa12".
En el cuento Un demonio anfibio, escrito por Tulio Ospina en 1898, se describe el trabajo de la cuadrilla de una mina de aluvión en el río Porce durante el verano, época propicia para "elaborar" las minas gracias al bajo caudal de las aguas:
Cuando se logra domeñar la corriente del Porce, es necesario no perder minuto en la extracción del cascajo aurífero que contiene su lecho; porque cualquiera avenida intempestiva arrasará las costosas construcciones, que sólo podrán rehacerse en el verano siguiente, a costa de nuevos sacrificios. Por este motivo la mitad de mi cuadrilla de veraneantes, en número de quince, hacía el primer cuarto de la noche a la escasa luz de las velas que titilaban en la playa13.
Federico Velásquez en su relato de 1868, Un veraneo en el Porce, describió las ventajas de la actividad minera para el cuerpo y el espíritu del minero:
No hay en la vida ocupación más agradable que el laboreo de una mina. El minero vive halagado por las más risueñas esperanzas. Goza, por lo regular, de muy buena salud, lo que le hace vivir contento sin que eche de menos la sociedad ni esos goces de las grandes ciudades de que por rareza oye hablar. Para el minero no hay otra cosa en el mundo que su mina y su hogar. No le habléis otro lenguaje porque no os entenderá14.
La visión paradisiaca de Velásquez no se compara con la difícil cotidianidad de la vida del minero que plasmaron Ospina y von Schenk, sin embargo el contraste entre el trabajo tenaz y la esperanza de una efímera riqueza, es lo que define el carácter del minero: hombres y mujeres determinados por el medio geográfico donde viven, el cual han transformado para extraer el oro y sobrevivir.
2. Fisonomías: geografía, historia local y economía de Amalfi y Anorí
2.1. Geografía
Amalfi está ubicado al nordeste de Antioquia a 130 kilómetros de Medellín. Es uno de los municipios más extensos del departamento, con una superficie de 1.880 kilómetros cuadrados. La cabecera del municipio está a una altura de 1.600 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una temperatura media de diecinueve grados centígrados15.
Los ríos que bañan el territorio de Amalfi son el Riachón, afluente del Porce; Trinitá, Pocoró y Mono, afluentes del Mata, a su vez tributario del Porce. Según Julio Toro los saltos de Riachón y Trinitacita tenían potencial suficiente para generar una apreciable cantidad de energía eléctrica16.
A su paso por Amalfi, en la década de 1880, Manuel Uribe Ángel describió de forma romántica la orografía de la región:
Las lomas de Cancán son uno de los más bellos paisajes del Estado de Antioquia. Es aquello una serie de pequeños oteros diseminados en gracioso desorden de un circuito como de ocho a diez leguas de extensión, y que sin más punto saliente que el cavernoso cerro de la Tetona, en la fracción del Pantano, dejan ver por todas partes, desde la Mesa del Altamisal, camino de Amalfi a Remedios, el azul y dilatado horizonte de las selvas oscuras del Magdalena, del fondo de las cuales, y en dirección a San Bartolomé, se levanta majestuoso e imponente el Cerrogrande del norte, como mudo guardián de aquel desierto17.
Por su parte, el territorio de Anorí tiene una extensión de 1.430 kilómetros cuadrados, su cabecera municipal dista 150 kilómetros de la capital antioqueña, se sitúa a una altura sobre el nivel del mar de 1.535 metros y cuenta con una temperatura promedio de veintiún grados centígrados18. Las fuentes de agua son abundantes en el nordeste antioqueño, Uribe Ángel describió la hidrografía de Anorí de la siguiente forma:
El Porce, que lo baña por el oriente, y que tiene por tributarios los riachuelos y fuentes Bramadora, Santa Ana, Partidas, Hondoná, San Benigno, el Boga, el Pescado, Solferino y Socorrido; el Nechí, que riega una parte del sur y del oeste: son sus tributarios, el río San Pablo y los torrentes y riachuelos Chorros, Soledad, Chagualito, Chagualo, Nieves, Usurá, San Agustín, y el río Tamí, que corre de sudeste a noreste, y recibe las aguas de San Prudente, San Andrés y Solano por la derecha, y por la izquierda las de Pacheco, Santa Bárbara, Santa Gertrudis, Santa Inés y la Plancha19.
La topografía de Anorí es montañosa y desigual, lo que hace que sus ríos y quebradas corran precipitadamente y que sólo existan pequeños valles, entre ellos el de la Plancha20.
2.2. Historia local
Amalfi se configuró como una de las zonas productoras, partícipe del auge minero que vivió la provincia de Antioquia entre 1830 y 1850, cuando esta se consolidó como principal productora de oro del país. Para ese entonces resurgió Remedios, se dio la bonanza de Anorí y la aparición de Segovia como el principal centro minero del nordeste21.
Amalfi fue fundado en 1838 por Juan José Rojas, sacerdote de Copacabana, y por mineros provenientes de Rionegro y La Ceja. Inicialmente se le dio el nombre de Nueva Población, pero poco después, Juan de la Cruz Gómez Plata, obispo de Antioquia, lo cambió por Amalfi. Entre sus fundadores se cuentan Antonio Aguilar, José Domingo, Casiano y Nepomuceno Botero, José Santamaría, Alberto Escobar, Nazario Echeverría, Nepomuceno Uribe, Esteban Álvarez, Vicente Mejía y Pedro Bernal, integrantes de un proyecto de colonización familiar gestado por la élite del oriente antioqueño22.
En 1847, pocos años después de su fundación, el rápido crecimiento económico y poblacional de Amalfi, impulsó a algunos de sus vecinos a postular el distrito ante el gobernador de Antioquia como cabecera del cantón del nordeste. Para impedirlo algunos habitantes de Remedios dirigieron, el 13 de marzo de ese año, una carta al periódico El Antioqueño Constitucional, donde hablaban de la decadencia de Amalfi propiciada los empleados públicos.
Si puede influir en la prosperidad del cantón para esta novedad que la parroquia de Amalfi tenga pastos frescos y abundantes; que tenga en oro y que haya progresado tan rápidamente, nosotros decimos que ese progreso rápido se nos asemeja al desarrollo de las alas de una mariposa ataviada de los más lucientes colores pero de una existencia efímera o pasajera como pronta fue su formación; porque a la verdad ¿Quién ignora la decadencia de aquel pueblo de tres años para acá? Todos ven, todos miran que la parroquia de Amalfi camina con precipitación a su ruina, socavada por carcoma que embarga su seno23.
Ese mismo año de 1847, Remedios perdió el título de cabecera del cantón a pesar de los esfuerzos de su élite por conservar su hegemonía, entonces Amalfi se constituyó en el centro político administrativo del nordeste. Posteriormente, en la época del Estado Soberano de Antioquia, Amalfi fue nombrado capital del departamento de Amalfi, mediante la ley 17 de diciembre de 185924. Durante los cambios políticos de la segunda mitad del siglo XIX, Amalfi siguió fortaleciendo su posición como centro político y administrativo de la subregión, así en el tiempo que estuvo vigente la Constitución de Rionegro (1863-1885), Amalfi fue la capital del departamento del nordeste25.
El crecimiento poblacional de Amalfi fue continuo durante el siglo XIX, lo cual está relacionado en parte con el agotamiento de las minas del Valle de los Osos desde finales del siglo XVIII, que impulsó a los mineros de tierra fría a abrir esta nueva frontera minera en las sabanas del Cancán en el nordeste y más adelante, en la década de 1830, las élites económicas de Medellín y Rionegro expandieron sus inversiones en minería a lo largo del río Porce, estableciéndose primero en Carolina del Príncipe y luego en Amalfi. Para 1808 en Cancán, primigenio asentamiento sobre el cual se fundó Amalfi, vivían 562 personas. En 1835 su población era de 882 habitantes. Después de su fundación hubo un rápido aumento, llegando a 2.009 habitantes en 1843. Desde entonces continuó con un crecimiento acelerado de la población y para 1870 contaba con 6.817 habitantes. Sin embargo, a inicios de la década de 1880 su población algo decreció y en 1883 se censaron 6.613 habitantes26.
El origen de Anorí data de 1808, cuando fueron construidas las primeras casas por los hermanos Benito, José Antonio y Miguel Uribe, vecinos de Rionegro. Aunque previamente algunos exploradores, provenientes de Santa Rosa de Osos, entre ellos Juan de la Rosa Leonín de Estrada, descubrieron ricos filones auríferos en el río Anorí, noticia que atrajo gran número de colonos27.
Para el caso de Anorí se trata de un proceso de colonización minera, tanto empresarial como de sectores populares buscadores de oro. Entre las personas que llegaron atraídas por la fama de su riqueza minera, había ingenieros de minas extranjeros y hombres acaudalados de la provincia. Así llegaron a Anorí el inglés Tyrrel Moore, el sueco Carlos Segismundo de Greiff y el empresario antioqueño Julián Vásquez Calle, quienes introdujeron avances técnicos para la minería e impulsaron el desarrollo económico de la región. Sin embargo, Gabriel Poveda Ramos afirma que en 1824, el anoriseño Gregorio Baena construyó con madera el primer molino antioqueño de pisones, con cuatro bocartes y movido por agua, antes de que en 1830 Tyrrel Moore importara el primer molino inglés de seis pisones, llamado Cornish Mill28.
El distrito de Anorí alcanzó su mayor riqueza entre 1830 y 1850, cuando la inmigración de técnicos extranjeros e inversionistas antioqueños activó la minería. Manuel Uribe Ángel afirmaba que a partir de 1850 "una desconsoladora decadencia comenzó a notarse", debido al empobrecimiento de las minas, la partida de inversionistas y el descuido de la agricultura29. Ante esta situación el gobierno de Antioquia intentó incentivar la economía de este distrito a través de la repartición de baldíos entre sus pobladores que con el paso del tiempo se hicieron agricultores.
En 1858, Demetrio Viana, representante del despacho de hacienda, avisó a los antioqueños sobre la adjudicación de tierras en Anorí. Los adjudicatarios contraían la obligación de construir en sus posesiones y durante cuatro años cultivar maíz suficiente para el consumo familiar. La extensión del terreno otorgado era proporcional al tamaño de la familia de cada individuo, así un soltero de 21 años recibía entre 60 y 80 fanegadas de tierra (5.248 metros cuadrados); un hombre casado sin hijos, recibía entre 80 y 100; un hombre casado con cuatro hijos recibía entre 100 y 125; y un hombre casado con más de cuatro hijos podía recibir entre 125 y 150 fanegadas de tierra30.
En relación con Amalfi, en Anorí se experimentó un temprano decrecimiento poblacional entre 1843 y 1851 causado por la decadencia minera. En 1835 contaba con 2.615 habitantes, mientras que en 1851 su número disminuyó a 1.924. La adjudicación de tierras surtió un efecto positivo, pues la población anoriseña se duplicó entre 1851 y 1864 (3.537 habitantes). Después entre 1870 y 1883, el número de habitantes permaneció estable con 4.124 habitantes en 1870 y 4.202 en 1883(31).
En 1869, un viajero antioqueño que estuvo de correría por los pueblos del norte de Antioquia, se llevó una grata impresión de los anoriseños, a pesar de que el aspecto del pueblo exhibía para él los efectos de la decadencia minera.
Continuamos la marcha y al fin avistamos a Anorí. Confieso francamente que el aspecto exterior de esta población no me fue simpático. Me imaginaba un pueblecito muellemente reclinado al pie de una colina, coqueto y engalanado; y me hallé con unas cuantas irregulares casas, malamente distribuidas en una cuchilla antipoética y sin vida. ¡Pero que! ¡Bajo esa mala capa hay un magnífico bebedor! El interior de Anorí, es decir, la gente que lo habita es de la más caballeresca y cumplida que he tenido ocasión de conocer y apreciar32.
Significativa en la historia local de Anorí fue la mina La Constancia, establecida en 1824 por Nicolás Gómez y los hermanos José María y Pedro Vásquez Calle. La Constancia soportó buena parte de la economía de Anorí e incorporó importantes innovaciones tecnológicas para la minería antioqueña, entre ellas se cuenta la luz eléctrica, el molino californiano y la planta de cianuración para la refinación del oro. A mediados del siglo XIX esta mina tenía entre 200 y 250 trabajadores, ocho molinos de ocho pisones, arrastre para triturar las jaguas, fragua y carpintería. El rendimiento diario de la mina fue de tres a cuatro libras de oro33.
Posteriormente, la empresa fue vendida a una compañía inglesa, que abrió las vías de comunicación de Anorí. Los ingleses construyeron una carretera de 83 kilómetros entre Anorí en la montaña y Dos Bocas a orillas del río Porce. También poseían un barco llamado "Vapor Anorí", que navegaba entre Dos Bocas y Barranquilla, a través de los ríos Nechí, Cauca y Magdalena, movilizando las máquinas requeridas por la empresa34.
La riqueza de esta mina se debía a que estaba ubicada en la veta más importante de la región conocida como Anorí o La Constancia. Otras minas trabajadas sobre este filón fueron: Chiquinquirá, La Chucha, La Constancia, Los Radas, La Palma, Santa Rosita, Santana, Quebraditas, Quebrada Negra y Solferino35.
2.3. Vías de comunicación
En 1853, la Comisión Corográfica resaltó la ubicación geográfica de Amalfi por su cercanía con los principales centros mineros del nordeste antioqueño y la posibilidad de abrir caminos, entre ellos uno que comunicara Amalfi con el río Magdalena36.
En su viaje a lomo de mula por las montañas de Antioquia, Manuel Uribe Ángel, se percató del mal estado de los puentes sobre los ríos de este municipio: "Tiene el distrito tres puentes malísimos sobre el Nechí, otro de regular construcción sobre el riachuelo Soledad, y otro mejor aún sobre el río Anorí, puente que lleva el nombre de Bolívar"37.
En 1888, Amalfi y Anorí tenían un servicio periódico de correos, lo que demuestra la importancia de esta región para Antioquia y la buena calidad de las vías de comunicación. Un correo de primer orden demoraba una semana en un recorrido que se iniciaba desde Medellín los miércoles a las dos de la tarde, pasando por Copacabana, Don Matías, Santa Rosa, Angostura, Campamento, Anorí y Zea, hasta llegar a Zaragoza el miércoles siguiente a las cuatro de la tarde. Una vez que llegaba a Zaragoza iniciaba su retorno una hora después y luego de otra semana de realizar el mismo trayecto entraba a Medellín el jueves de la siguiente semana a las siete de la mañana. La correspondencia que conducían los correos de primer orden se distribuía por correos de segundo y tercer orden a los demás distritos del departamento. De esta forma el correo con destino a Amalfi, salía de Anorí a las seis de la mañana de cada jueves y llegaba a Amalfi el mismo día a las seis de la tarde y regresaba el viernes a las seis de la mañana, llegando a Anorí a las seis de la tarde del mismo día38.
En 1887, el gobernador de Antioquia, Marceliano Vélez, conciente de la ubicación estratégica de Amalfi, expresada desde los tiempos de la Comisión Corográfica, decidió mejorar las vías de comunicación, destinando la tercera parte de la contribución de caminos del distrito para reparar los malos pasos entre Amalfi y la Gómez de la Piedra, y las dos terceras partes restantes se invirtieron en los demás caminos públicos y de servidumbre del distrito39.
En agosto de 1890, Marceliano Vélez contrató la construcción de un puente cubierto sobre el río Porce para unir los municipios de Amalfi y Anorí. Apolinar Vélez, su hermano, se comprometió a construir un puente con las siguientes especificaciones:
Maderas de corazón tales como Algarrobillo y Abinje, y por el sistema Trapecio ideal, o sea colgante en madera; el piso lo hará con madera de cedro, y el embarandado de tablas de la misma madera; el techo llevará tablas en vez de cañas, y será cubierto con tejas; levantará los estribos en uno y otro lado del río, con cal y piedra, tres varas más, sobre el nivel de la roca, con el espesor suficiente para sostener el puente, el que tendrá tres varas de ancho, de pilar a pilar, en las entradas a él40.
A finales de 1890 se terminó la construcción del puente y se nombró un recaudador de derechos de pontazgo, es decir una persona encargada de cobrar un peaje a los transeúntes. Dinero que se invertiría en el mantenimiento del puente41.
Jesús María Mejía, prefecto de la provincia del norte, en su informe de 1891 se refería a la mala calidad de las vías de comunicación que conectaban a Amalfi y a Anorí con los municipios vecinos, las cuales estaban deterioradas. En Amalfi había tres caminos, uno de ellos de cincuenta kilómetros que comunicaba con Carolina y Remedios; otro que lo comunicaba con Anorí con doce y medio kilómetros, y un tercero llamado El Comino con dirección a Yolombó, de diecisiete y medio kilómetros. Anorí tenía cuatro caminos que lo comunicaban con Zea, Carolina, Campamento y Amalfi, todos en mal estado42.
2.4. Actividades económicas
a. Producción agrícola
De acuerdo con los censos de 1851 y 1869, en Amalfi las diferentes actividades económicas demostraron un crecimiento. En tanto que la minería era el eje de la economía, absorbía la mayor parte de la población en su producción. En 1851 se ocupaban en ella 728 personas, o sea un 26.6% del total de población; para 1869, aumentó el número de personas dedicadas a esta actividad y se contabilizaron 2.674 de ellas, lo que representó el 36.2% del total de la población de ese año. Mientras tanto, en correspondencia con este auge minero, la población dedicada a las labores agrícolas pasó de 378 personas en 1851 (13.8%) a 2.024 agricultores en 1869 (29.7%). Algunos de los factores que propiciaron el aumento de la actividad agrícola fueron el crecimiento demográfico vinculado a la apertura de nuevas tierras colonizadas y una mayor demanda de alimentos para las cuadrillas de mineros43.
Uribe Ángel describió una amplia variedad de productos agrícolas cultivados gracias a la existencia de diferentes pisos térmicos en Amalfi, así como el nacimiento de industrias y el aumento del comercio con otros municipios:
Hay bastantes plantaciones de cacao que empiezan a dar muy buen fruto; y de maíz, frisoles, arroz, quesos, panela y varias hortalizas, se envían cantidades considerables a Remedios, para consumo de los mineros. El comercio que hace la plaza de Amalfi con la de Medellín, en mercaderías extranjeras y del país, es de bastante importancia: Amalfi es acaso de los mercados de segundo orden, el que tiene tráfico más activo44.
Para 1888, la agricultura era un importante renglón económico en Amalfi. Se cultivaba maíz, plátano, yuca y arracacha, y toda la producción satisfacía parte de la demanda alimenticia de la población. Otros productos agrícolas se sembraban en menor escala y se requería traer de otros lugares, eran alimentos como arroz, cacao y fríjol. Otros artículos que no se producían en Amalfi y era preciso comprar fuera eran anís, café, papa y tabaco45.
En el caso del distrito de Anorí, la producción agrícola era insuficiente para abastecer la necesidad alimenticia de la región, pues allí sólo se producía una parte del maíz y del plátano que se consumía, el resto de alimentos provenían de otras regiones, en especial del Valle de Aburrá y de Zaragoza, lo cual hacía mayor su costo46.
b. Producción ganadera
En 1888, la producción de carne en Amalfi y Anorí era suficiente para satisfacer las necesidades de ambas poblaciones. Para esta época en Amalfi se consumían 16.120 arrobas de carne de res y 2.030 arrobas de carne de cerdo, mientras que en Anorí se consumían 7.930 arrobas de carne de res y 1.260 arrobas de carne de cerdo. La actividad minera estimuló la producción de carne, por ser un alimento esencial para llenar los requerimientos nutricionales de los mineros. Los productos derivados de la actividad ganadera como el sebo y la manteca, también de gran uso en las minas, se producían en su totalidad en Amalfi y Anorí47.
c. Manufacturas y otras industrias
La abundante producción de caña dulce de Amalfi propició la instalación de trapiches e ingenios que permitieron comerciar panela con otras regiones. De las 2.600 arrobas negociadas en 1888, 350 arrobas eran exportadas. Ese mismo año Amalfi contaba con catorce ingenios de azúcar y Anorí con veinte. Otra prueba de que el cultivo de caña de azúcar tenía una gran importancia, es que en ambos municipios había una fábrica de destilación de licores. El alambique de Amalfi era una empresa rentable que producía anualmente 36.000 litros de licor. También existían dos tejares en Amalfi y cuatro en Anorí, y una industria para procesar cueros o tenería en Amalfi48.
3. Los denuncios y los pleitos de minas
3.1. Denuncios de minas en Amalfi y Anorí
El denuncio de minas es un procedimiento legal mediante el cual una persona particular hace un contrato con la gobernación de Antioquia para explotar el mineral del subsuelo concebido como propiedad del Estado. Los denuncios de minas dan una idea de la dinámica de la minería en el tiempo y de los lugares con más expectativas de producción minera. El Cuadro No. 1 muestra el número de minas denunciadas en Amalfi en la segunda mitad del siglo XIX. El período con mayores denuncios fueron los años ochenta.
Por otra parte, el Cuadro No. 2, deja ver que en Anorí había menos minas que en Amalfi. También se observa que el mayor incremento en los denuncios de minas de Anorí ocurrió entre 1881 y 1890, lo cual está relacionado con los altos niveles de producción y exportación de oro alcanzados en Colombia durante esos años. Según Frederich von Schenk la producción anual de las minas de Antioquia en la década de 1880 fue cercana a los tres millones de dólares49.
En 1853 se produjo un auge en los denuncios de minas, al parecer debido a una serie de ordenanzas de la Cámara Provincial de Antioquia, los cuales eliminaron los elevados derechos que se pagaban sobre títulos de minas, haciendo más asequible para la población poseer el título de los derechos sobre una mina50. Por tanto, debe entenderse que el hecho de denunciar una mina no significaba que estuviera en explotación, pues sólo se adquiría el título de propiedad, así que sólo se pagaban impuestos por las minas que se laboraban. Durante el año comprendido desde el 30 de junio de 1886 al 18 de abril de 1887, se pagó este impuesto por noventa minas en Amalfi y noventa en Anorí, lo cual indica que la cantidad de minas que se explotaba era considerable y en el caso de Anorí era equiparable al total de minas denunciadas entre 1881 y 1890(51).
Muchas de las minas denunciadas en el período estudiado eran de antiguo descubrimiento y habían sido abandonadas por sus propietarios originales. El abandono de minas era frecuente debido al alto costo de la explotación a mayor profundidad después de que se agotaban los afloramientos y minerales superficiales de fácil extracción, por lo cual se requería más trabajadores y técnicas apropiadas. Según el archivo de minas de Antioquia, en Amalfi entre 1836 y 1950 del total de minas denunciadas, 283 eran minas nuevas (33%) y 575 antiguas (67%). Algo parecido sucedió en Anorí, donde se denunciaron entre esos años 131 minas nuevas (29,7%) y 310 antiguas (70,3%). Estos datos inducen a pensar que los recién llegados mineros optaban por seguir el rastro minero de quienes los precedieron en la búsqueda aurífera, pensando quizá en una mayor productividad empleando nuevas tecnologías52.
Dentro de las llamadas "minas antiguas" predominaban las de aluvión, conocidas como minas de oro corrido, por trabajarse a orillas de ríos y quebradas. Mientras que la minería de veta o de socavón apenas comenzaba a cobrar importancia en la segunda mitad del siglo XIX, pues requería mayor inversión de capital e introducción de técnicas avanzadas.
En muchos casos la persona que denunciaba una mina no era el minero que la explotaba sino un intermediario, que hacía desde Medellín todo el proceso legal, ya fuera por encargo del minero que no podía ir a la capital antioqueña o simplemente para retener títulos y luego especular con posibles inversionistas extranjeros. Tal es el caso del mayor denunciante de minas en Amalfi y Anorí, Aureliano Restrepo, quien entre 1887 y 1934 denunció 255 minas en estos dos municipios y 1.366 en toda Antioquia. En el Cuadro No. 3 están las diez personas que denunciaron el mayor número de minas en Amalfi y Anorí en la segunda mitad del siglo XIX.
Los mayores denunciantes de minas en Amalfi y Anorí eran negociantes y políticos residentes en Medellín. Entre ellos Manuel José Álvarez Carrasquilla, quien promovió el urbanismo en Medellín y Abraham Moreno, que fue gobernador del departamento de Antioquia entre 1900 y 1901.
De acuerdo con el registro de minas reclamadas entre 1850 y 1900, los cinco parajes con mayor actividad minera en Amalfi, en la segunda mitad del siglo XIX eran Rumazón, La Vetilla, Río Porce, Riachón y La Viborita. En el cuadro No. 4 aparece el total de minas denunciadas en estos parajes y su calidad.
En la fracción de Rumazón estaba concentrada la mayor cantidad de minas de veta denunciadas en Amalfi. Mientras que el río Porce se hallaba el mayor número de minas de aluvión denunciadas. Según Julio Toro B., la riqueza aurífera de este río era abundante aunque difícil de explotar.
El Porce, principal río por su concentración de riqueza, pasa por esta región bastante encajonado, formando unas pocas y muy estrechas labores aunque sí bastante ricas, con el inconveniente de tener sus peñas demasiado profundas (hasta 70 pies) y demasiado cargadas de piedras gruesas, lo cual obliga a usar en su explotación el sistema combinado de tajo abierto y socavón, siendo necesario, además para la extracción de la piedra gruesa, romperla primero con dinamita y sacarla luego con grúas, recargándose por esto su costo de explotación53.
En el Cuadro No. 5 se muestra la lista de los principales centros mineros en Anorí, en la segunda mitad del siglo XIX.
En Anorí se trabajaba mayor cantidad de minas de veta. El paraje de Chamuscados era el más importante en esta producción y sus minas más productivas eran el Violín, Cristales y el Roble.
De acuerdo con los denuncios de minas, en Amalfi y Anorí predominaba la minería de veta o socavón. En Anorí las minas de oro corrido o aluvión representaban el 30 por ciento de las minas denunciadas, mientras que en Amalfi estas eran poco más del 40 por ciento, debido a la mayor explotación de "lavaderos" a orillas del río Porce.
3.2. Marceliano Vélez Barreneche, minero en Amalfi
Marceliano Vélez Barreneche nació en Envigado el 18 de junio de 1832 y murió en Medellín el 13 de abril de 1923. En 1853 se graduó como el primer abogado de la Universidad de Antioquia. Ocupó la gobernación de Antioquia en cinco ocasiones, fue senador y general de la República, también se desempeñó como rector de la Universidad de Antioquia. Su relación con Amalfi comenzó después de finalizada la guerra de 1861, cuando se retiró a su finca "María Teresa", ubicada a orillas del río Porce, para dedicarse a las labores agrícolas y mineras54.
En 1869 Marceliano Vélez, de 36 años, era vecino de Amalfi y estaba casado con Concepción Pizano Mesa de 28 años, dedicada a las labores del hogar. También vivía allí su hermano Marco Antonio Vélez, agricultor de 30 años, casado con Ana Tulia Villegas Barreneche de 17 años, hija de Severo Villegas y Nicolasa Barreneche55.
El Cuadro No. 6 muestra que entre 1865 y 1883, Vélez Barreneche reclamó doce derechos de minas. Durante este tiempo vivió por temporadas en Amalfi, donde se dedicó al cultivo de cacao y a la explotación de minas de oro corrido y de veta.
Vélez no era un intermediario como Aureliano Restrepo, Manuel J. Álvarez y Abraham Moreno, pues su relación con la minería fue más directa y cercana. En la documentación de la primera mina denunciada por Vélez en 1865 se aprecia el proceso seguido para reclamar una mina: descripción del lugar, especificaciones de la antigüedad, calidad de la mina, y antiguos poseedores:
Existe en este distrito una mina de oro corrido que fue adjudicada el año de 1862 al sr. Emiliano Restrepo E. acompañado por mí para denunciarla. Está ubicada en este distrito en el paraje denominado Clara de Vélez desde el punto donde termina la mina de los sres. Santos Cañola, Wenceslao Uribe Piedrahita, Félix, Nicomedes Ceballos, para arriba hacia el nacimiento de la quebrada Clara de Vélez56.
Posteriormente el gobernador de Antioquia, Pedro Justo Berrío, hizo saber públicamente tal denuncio:
Todo el que se juzgue con mejor derecho a la mina denunciada podrá representarlo dentro de 21 días que se contarán desde la fijación de este cartel, el que permanecerá fijado por tres semanas consecutivas en un lugar público de la cabecera del distrito de Amalfi. Medellín, 23 de enero de 1865. Pedro Justo Berrío57.
Ese mismo año Marceliano Vélez denunció una mina de veta denunciada anteriormente y de la cual no se había reclamado su título. En este caso el proceso legal era seguido estrictamente como sucedería en todos los otros denuncios de minas, de la siguiente forma:
En este distrito de Amalfi en el paraje denominado Cajamarca, en la quebrada de este nombre y como dos cuadras distante del punto en que el camino de servidumbre llamado "Guayabito" atraviesa dicha quebrada, existe una mina de veta que fue denunciada últimamente por los ss Joaquín Carvajal, Ramón Castrillón, Guillermo, José Ma. Mc Ewen que está desierta en la actualidad por no haber ocurrido los interesados a sacar el título escrito del término fijado en el art. 38? de la ley de minas. Deseando explotar esta mina la denunció en forma legal como exista cuyos último poseedores son los que he expresado y pido al sr. Gobernador me dé la posesión de ella y me la adjudique en propiedad. En cumplimiento del precepto legal presento 48 granos de oro extraído de la mina, una muestra del mineral, y la constancia de haberse pagado el derecho de registro establecido en la ley. Amalfi, 10 de abril de 1865(58).
Marceliano Vélez ejercía la actividad minera en compañía de sus hermanos Apolinar y Marco Antonio, así como de sus parientes políticos Juan Ramón Correa Vélez y Severo Villegas.
Dentro de las minas denunciadas por Vélez, está el caso de una mina de oro corrido ubicada en el río Pocoró, reclamada en 1865 para Severo Villegas, suegro de su hermano Marco Antonio. Este denuncio se hizo porque Villegas había sido el último poseedor de dicha mina y quería "un título de propiedad más fehaciente que el que ahora tiene59".
El hecho de que Marceliano Vélez Barreneche, y otras personalidades notables de la vida pública antioqueña, ejercieran la actividad minera en Amalfi demuestra la importancia que tuvo este distrito en lo económico, social y político en el departamento de Antioquia en la segunda mitad del siglo XIX, además muestra la continuidad de la vinculación entre política, negocios y relaciones familiares, elementos que participaron en la configuración de las élites antioqueñas60.
3.3. Pleitos por minas en Amalfi y Anorí
La mayoría de pleitos por minas en Amalfi y Anorí se presentaban entre denunciantes y antiguos dueños de minas, debido a irregularidades en el registro al denunciar por nueva una mina antigua o como abandonada una mina con dueño, también por incumplimiento de contratos mineros.
Algunos pleitos se debían a la apropiación de minas ajenas. Por ejemplo, en Amalfi, entre 1847 y 1850, Ignacio Obeso, vecino de Medellín, representó a Fernando Naudín, Nazario Echavarría y Nicolás Vásquez, vecinos de Amalfi, en un pleito contra José María Lince Lotero, José María Barrientos, José Santamaría y Mercedes Córdoba. En 1844, Fernando Naudín, en asocio con Manuel A. Jaramillo, registró la mina El Chuchero y luego le vendió a José Santamaría algunas acciones, convirtiéndolo en socio. Al cabo de algún tiempo Naudín y Santamaría, junto con otro individuo, registraron la mina El Volcán que lindaba con El Chuchero, entonces Naudín vendió a José María Barrientos las acciones que tenía en la mina El Chuchero. Al parecer el título de la mina El Chuchero no se hizo o se perdió. El caso es que después de haber formado la sociedad entre José María Lince, José Santamaría, Mercedes Córdoba, viuda de Manuel A. Jaramillo y José María Barrientos, pidieron amparo de la antigua mina El Chuchero y lo consiguieron en dos pertenencias. Según Ignacio Obeso estas personas,
[...] al tiempo de tomar la posesión les pareció más rica o más fácil de establecer la mina del Volcán que la del Chuchero y sin escrúpulo se posesionaron de aquella a despecho de sus legítimos dueños que se opusieron y para no perder nada en la de su propiedad, fueron pidiendo pertenencias ininterrumpidas hasta que avanzaron ambas minas sin el menor respeto a la propiedad ajena. Obeso pedía que se devolviera la mina a sus legítimos dueños61.
Otro caso común era el denuncio de una mina como nueva, teniendo ya un legítimo dueño. En 1863 Marco Antonio Lano, vecino de Amalfi, denunció como un nuevo descubrimiento una mina ubicada en la explanada de Amalfi, "[...] surcada por tres quebradas que se denominan de Cancán, de Guayabito y de la Virgen que corren de oriente a occidente con poca diferencia". Ese mismo año, Francisco Uribe, se opuso legalmente a dicho denuncio, a nombre de su madre Agapita Vásquez y sus hermanos, herederos de Juan Nepomuceno Uribe, demostrando que hacía más de diez años poseían la mina62.
En 1865, Marceliano Vélez y Carlos Segismundo de Greiff se enfrentaron en un pleito sobre la posesión de una mina en Amalfi. Ese año Wenceslao Uribe Fernández, Ramón A. Castrillón, Marceliano Vélez y Juan Manuel Aguilar, denunciaron una veta de oro en el paraje de Río Arriba, abajo de la quebrada Gurrí. Los denunciantes decían que la mina era nueva, pero De Greiff se opuso a este denuncio aduciendo que estaba dentro de los linderos de la mina de Riachón de su propiedad. No obstante los denunciantes persistieron y denunciaron la mina de Riachón como abandonada y de antiguo descubrimiento. De Greiff poseía sólo una parte de la mina de Riachón junto con otros socios, quienes por razones económicas habían abandonado la mina desde hacía ocho años. "El sr. Carlos S. de Greiff, sin duda por sus circunstancias tuvo necesidad de concursarse o hacer sesión de sus bienes a sus acreedores desde 1857, cuyo concurso aun está pendiente y al cual presentó las acciones o parte que tenía en la mina de Riachón63".
Otro pleito de minas sucedió en 1876, cuando Matías A. Múnera entabló una demanda contra la Compañía Minera de Antioquia por el incumplimiento en el contrato de explotación de varias minas en Anorí. Ese año había celebrado con Francisco de Paula Muñoz, director de la compañía, un contrato para la explotación de las minas de veta de su propiedad denominadas la Veta o Junín, San Lorenzo o la Hermosa, el Hachisal, Guacharaca y el Tigre. Múnera decía que: "[...] en ese compromiso nuestra idea fue la de ser los más unidos y justos en nuestros procedimientos como socios, por lo cual no reglamentamos los términos en que debiéramos entendernos sobre multitud de hechos que deben ocurrir en la elaboración de un mineral64". Matías A. Múnera se quejaba de que Francisco de Paula Muñoz había cargado el valor de la herramienta a la sociedad y no a la compañía minera, queriendo adueñarse de las minas de su propiedad. Por tanto demandaba a la Compañía Minera de Antioquia por la suma de cuarenta mil pesos65.
En 1857, José Nicolás Gómez, antiguo propietario de la mina La Constancia en Anorí, denunció una mina de veta de antiguo descubrimiento llamada también La Constancia en el paraje El Chirriadero66. 33 años después, en 1890, el abogado Manuel Sencial, a nombre de Alejandro Fernández, denunció dicha mina como abandonada. Baltasar Botero Uribe, gobernador de Antioquia, no admitió el denuncio por lo cual se suscitó un largo pleito. Alejandro Fernández afirmaba que José Nicolás Gómez, socio de la mina desde 1857, no poseía el título legal de la mina, por lo cual quedó abandonada. Añadió que en 1881 sus dueños no pagaron los derechos de tres pertenencias de la mina, por lo cual se consideraba la mina como abandonada67.
En el siguiente pleito, entre Aureliano Peláez y Carlos Coriolano Amador, se aprecia el fraccionamiento de los títulos de minas a través de las herencias. En 1887, Aureliano Peláez denunció ante Julio Arboleda, alcalde de Anorí, una mina de veta abandonada ubicada en el paraje Santa Ana en la banda derecha del río Anorí. Después de admitida la denuncia y antes de dar posesión de la mina a Peláez, se fijó el cartel para el conocimiento público. Ante estos hechos se presentó Carlos Coriolano Amador, antiguo dueño de la mina, quien hizo oposición al denuncio y entabló el respectivo juicio contradictorio.
El señor Amador, en nombre de su esposa Lorenza Uribe, entabló una demanda sobre la posesión de la mina Santa Ana. En 1824, dicha mina fue titulada a favor de Manuel Carrasquilla y Rafael Fernández, los derechos de este último fueron traspasados a José María Carrasquilla en 1827. Posteriormente, en el juicio de sucesión de José María Uribe Restrepo se inventariaron cinco novenas partes de la veta Santa Ana cuyos derechos fueron adjudicados a Lorenza Uribe. Amador también argumentaba que entre 1885 y 1887 había pagado los impuestos de la mina de oro de veta conocida como Minas Unidas de Anorí. Mientras que Aureliano Peláez basaba su defensa en el hecho de que la mina era conocida como Santa Ana y no como Minas Unidas de Anorí68.
Conclusiones
A mediados del siglo XIX, Amalfi y Anorí alcanzaron una notable posición dentro de los pueblos antioqueños, debido a su riqueza minera explotada con nuevas técnicas que significaron una mayor productividad.
Este proceso conllevó a que su ubicación geográfica cobrara importancia, otros factores que contribuyeron a esto fueron sus favorables condiciones agroecológicas que facilitaron el asentamiento de la población inmigrante y el establecimiento de cultivos; además su configuración topográfica y morfológica, que permitió el acceso y la construcción de vías de comunicación con los principales centros poblacionales vecinos y con Medellín. De esta forma la minería jalonó la migración y el crecimiento demográfico, estimulando el incremento de las actividades agrícola y pecuaria.
Las innovaciones tecnológicas introducidas en estos dos municipios, por primera vez en Antioquia, permitieron optimizar la minería de oro corrido o aluvión practicada a orillas de los ríos, en especial el Porce, y perfeccionar la explotación de la minería de veta o socavón.
Durante el siglo XIX hubo dos épocas de auge minero en Amalfi y Anorí. La primera a finales de la década del 1830 y comienzos de los 40. La segunda fue durante la década de 1880, cuando hubo un alza en el número de denuncios de minas y aumentó la producción aurífera.
* Artículo recibido el 16 de enero de 2009 y aprobado el 22 de abril de 2009. Artículo de investigación científica. Este artículo es resultado de una investigación elaborada en el "Seminario de historiografía de la minería colombiana y latinoamericana" dictado por el historiador Rodrigo Campuzano Cuartas en la Universidad de Antioquia.
1 Una revisión completa de la historiografía minera en Colombia se encuentra en: Campuzano Cuartas, Rodrigo, "Bibliografía de la historia minera colombiana: balance y perspectivas", Historia y Sociedad, (1), Medellín, Universidad Nacional de Colombia, diciembre de 1994, pp. 27-55.
2 Véase: Codazzi, Agustín, Geografía física i política de las provincias de la Nueva Granada por la Comisión Corográfica, Bogotá, Banco de la República, 1958; Uribe Ángel, Manuel, Geografía general y compendio histórico del Estado de Antioquia en Colombia, París, Imprenta Víctor Goupy y Jourdan, 1885.
3 Paniagua Muñoz, Dora Luz, "Monografía de Amalfi", Tesis de pregrado en historia, Medellín, Universidad de Antioquia, 1993; Álvarez Echavarría, Manuel José, Amalfi, Medellín, Vieco, 1987; Estrada López, Arnoldo, Mi tierra y algo más. Ensayo de monografía, Medellín, Imprenta Municipal, 1967.
4 Velásquez, Federico, "Un veraneo en el Porce", El Oasis, 1, (41), Medellín, 17 de octubre de 1868, pp. 321-327; Oospina, Tulio, "Un demonio anfibio", El Montañés, 1, (11), Medellín, Tipografía del comercio, julio de 1898, pp. 429-435.
5 Jaramillo Mesa, José María, Minas de Antioquia. Catálogo de las minas que se han titulado en 161 años, desde 1739 hasta 1900, Medellín, Imprenta Oficial, 1906.
6 Botero Guerra, Camilo, Anuario Estadístico de Antioquia. Ensayo de estadística general del Departamento de Antioquia en 1888, Medellín, Imprenta del Departamento, 1890.
7 Instituto Geográfico Aagustín Codazzi, Antioquia, características geográficas, Bogotá, IGAC, 1992, pp. 46-48.
8 Gaviria Toro, José, "Medellín como centro minero. Riqueza de los aluviones", Monografías de Antioquia, Medellín, Imprenta Oficial, 1923, p. 240.
9 Codazzi, Geografía física i política, pp. 270-271.
10 Durante el período de la Confederación Granadina (1853-1863), el Estado Soberano de Antioquia (creado en 1858), estaba conformado por tres provincias: Antioquia al norte y occidente; Córdoba al oriente y Medellín, conformada por los cantones de nordeste, Medellín y Amagá.
11 Codazzi, Geografía física i política, pp. 284.
12 Schenck, Frederich, von, "Antioquia tierra de oro", Minería, 24, (144), Medellín, Asociación Colombiana de Mineros, diciembre de 1949, p. 11.260.
13 Ospina, "Un demonio anfibio", p. 429.
14 Velásquez, "Un veraneo en el Porce", p. 321.
15 Toro B, Julio, "Estudio del municipio de Amalfi", Minería, 6, (61), Medellín, Asociación Colombiana de Mineros, julio de 1937, p. 4.751.
16 Toro B, "Estudio del municipio de Amalfi", p. 4.753.
17 Uribe Ángel, Geografía general, p. 139.
18 Uribe Ángel Geografía general, p. 154.
19 Uribe Ángel Geografía general, p. 152.
20 Uribe Ángel Geografía general, p. 152.
21 Paniagua Muñoz, "Monografía de Amalfi", p. 83.
22 Uribe Ángel, Geografía general, pp. 137-138.
23 Sin autor, "Cabecera del cantón del nordeste: capital", El Antioqueño constitucional, (25), Medellín, 1847.
24 En línea: http://amalfi-antioquia.gov.co/nuestromunicipio, (consultado el 20 de septiembre de 2008).
25 En el tiempo de la república federal, los Estados Unidos de Colombia, el Estado Soberano de Antioquia estaba dividido en nueve departamentos: Nordeste, cuya capital era Amalfi. Occidente, Santafé de Antioquia. Norte, Santa Rosa. Centro, Medellín. Oriente, Rionegro. Suroeste, Jericó. Sur, Manizales. Sopetrán, Sopetrán. Cauca, Titiribí. Véase: Melo, Jorge Orlando, "Progreso y guerras civiles entre 1829 y 1851", Melo, Jorge Orlando (ed.), Historia de Antioquia, Medellín, Suramericana, 1988, p. 116.
26 Álvarez Morales, Víctor, "Materiales del curso Historia de Antioquia", Medellín, Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia, 2007. Inédito.
27 Cervecería Unión, Monografías de Antioquia, Medellín, Sansón, 1941. pp. 41-44.
28 Poveda Ramos, Gabriel, "Breve historia de la minería", Historia de Antioquia, p. 213.
29 Uribe Ángel, Geografía general, p. 152.
30 Viana, Demetrio, Aviso importante: adjudicación de tierras, Medellín, Hoja suelta, Patrimonio documental, Universidad de Antioquia, 28 de agosto de 1858.
31 Álvarez Morales, "Materiales del curso Historia de Antioquia".
32 S. J. J. "Impresiones de viaje", El Oasis, 2, (25), Medellín, 19 de junio de 1869. p 197.
33 Estrada López, Mi tierra y algo más. Monografía de Anorí, pp. 52-53.
34 Estrada López, Mi tierra y algo más, p. 53.
35 López, Carlos E, "Monografía minera del municipio de Anorí", Minería, 4, (49-50), Medellín, Asociación Colombiana de Mineros, julio y agosto de 1936, pp. 3719-3732.
36 Codazzi, Geografía física i política, p. 271.
37 Uribe Ángel, Geografía general, p. 154.
38 Botero Guerra, Anuario Estadístico, pp. 223-224.
39 Repertorio oficial, (152), Medellín, 9 de noviembre de 1887, p. 1218.
40 Repertorio oficial, (429-430), Medellín, 23 de agosto de 1890. pp. 3440-3441.
41 Repertorio oficial, (558-559), Medellín, 20 de enero de 1891. p. 4174.
42 Repertorio oficial, (964-965), Medellín, 26 de septiembre de 1891. pp. 5796-5797.
43 Archivo Histórico de Antioquia (A.H.A.), Censos y estadísticas, Censo de 1851, t. 333, doc. 6344, y Censo de 1869, t. 2721, doc. 9.
44 Uribe Ángel, Geografía general, p. 139.
45 Botero Guerra, Anuario Estadístico, pp. 247-255.
46 Botero Guerra, Anuario Estadístico, pp. 247-255.
47 Botero Guerra Anuario Estadístico, pp. 247-255.
48 Botero Guerra Anuario Estadístico, pp. 247-255.
49 Schenck, "Antioquia tierra de oro", p. 11.258.
50 Botero Restrepo, María Mercedes, La ruta del oro. Una economía exportadora. Antioquia 1850-1890, Medellín, EAFIT, 2007, p. 95.
51 Repertorio oficial, (132), Medellín, 1° de septiembre de 1887. pp. 1051-1052.
52 Jaramillo Mesa, José María, Minas de Antioquia.
53 Toro B, "Estudio del municipio de Amalfi", p. 4756.
54 Lalinde Velásquez, William, "Don Marceliano Vélez, general y doctor", Códice, (8), Medellín, Universidad de Antioquia, 8, abril de 2005, pp. 4-9.
55 A.H.A., Estadísticas y censos, Censo de Amalfi 1869, t. 2721, doc. 9 y 10.
56 A.H.A., Solicitudes de minas, t. 10, expediente 2308.
57 A.H.A., Solicitudes de minas, t. 10, expediente 2308.
58 A.H.A., Solicitudes de minas, t. 10, expediente 2315.
59 A.H.A., Solicitudes de minas, t. 10, expediente 2332.
60 Véase: Uribe, María Teresa y Jesús María Álvarez, "El parentesco y la formación de las élites en la provincia de Antioquia", Estudios Sociales, (3), Medellín, FAES, septiembre de 1988, pp. 49-93.
61 Archivo Histórico Judicial de Medellín, (A.H.J.M.), doc. 1433. ff. 1-298.
62 A.H.J.M., doc. 157, ff. 1-42.
63 A.H.J.M., doc. 158, ff. 1-25.
64 La Compañía Minera de Antioquia surgió en 1874 por iniciativa de Julián Vásquez Calle y el ingeniero inglés Roberto B. White, en un momento de gran expansión aurífera. Fue organizada por escritura pública en marzo de 1875 y el 31 de octubre de ese mismo año se aprobaron sus estatutos. Se conformó con un capital de 157.290 pesos, distribuido en 15.729 acciones con valor nominal de 10 pesos cada una. Véase: Botero Restrepo, "La Compañía Minera de Antioquia (1875-1882): una organización empresarial", Ddávila, Carlos, (ed.), Empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX-XX. Bogotá, Norma, 2003, pp. 677-703.
65 A.H.J.M., doc. 6389, ff. 1-40.
66 A.H.A., Solicitudes de minas, t. 1, expediente 1887.
67 Fernández F, Alejandro, Cuestión sobre la mina La Constancia, Medellín, Imprenta de Nazario A. Pineda, 1893, p. 7.
68 A.H.J.M., doc. 5184, ff. 1-12.
Mauricio Alejandro Gómez Gómez*
* Zootecnista, Historiador y candidato a Magíster en Historia de la Universidad de Antioquia. Miembro del grupo de investigación "Historia social", adscrito al Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencia Sociales y Humanas (CISH) de la Universidad de Antioquia. Dirección de contacto: [email protected]
9- Mauricio Alejandro Gómez Gómez
Zootecnista, Historiador y candidato a Magíster en Historia de la Universidad de Antioquia. Miembro del grupo de investigación "Historia social", adscrito al Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas (CISH) de la Universidad de Antioquia. Investigador en calidad de estudiante de Maestría del proyecto de investigación de mediana cuantía "Vida cotidiana en los asentamientos españoles en la provincia de Antioquia, 1550-1630 (Consumo, religiosidad y civilidad)".
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