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«La filosofía de nuestra época abandonó el proyecto de una crítica de la economía política, y esto es desastroso. Porque si el economismo engendró efectivamente horrores, la ausencia de crítica de la economía de hoy en día preparara otros horrores, y deja a las nuevas generaciones trágicamente desamparadas». Esta es una de las provocaciones de Stiegler en su ensayo Para una nueva crítica de la economía política, del cual reproducimos a continuación un fragmento. Se trata de un intento de pensar la crisis actual desde una crítica que ponga en cuestión las bases del consumismo y de los modelos de «reactivación» que hoy se ensayan como respuesta a esa crisis.
Nota: este texto recoge la introducción y un fragmento del primer capítulo del libro Para una nueva crítica de la economía política (Capital Intelectual, Buenos Aires, en prensa). Traducción del francés de Margarita Martínez.
Hacer como el avestruz
Las tesis que se adelantan aquí se originan en una conferencia pronunciada en la Maison de l'Europe, por invitación de Évelyne Grossman y el Collège International de Philosophie, y en una colaboración escrita para el catálogo de la exposición Work: Meaning and Care, realizada desde junio de 2009 hasta marzo de 2010 en Dresde por iniciativa del Deutsches Hygiene-Museum, de la German Federal Cultural Foundation y de Daniel Tyradellis.
Decidí publicarlas en el mismo momento en que se reavivan los debates económicos y políticos en prácticamente todos los países del mundo a propósito de los «planes de reactivación» que sería necesario emprender para limitar los efectos destructivos de la primera crisis económica planetaria de las sociedades industriales capitalistas. Ahora bien, cuando en estos debates se oponen la «reactivación por la inversión» y la «reactivación por el consumo», se confunden dos cuestiones completamente distintas, que hay que tratar de manera simultánea pero que están en dos escalas de tiempo diferentes, lo cual es tanto más difícil puesto que la crisis presenta signos del fin del modelo de consumo.
El fin del consumo es aquello de lo que no quieren escuchar hablar los partidarios de una reactivación por el consumo. Sin embargo, el gobierno francés, por ejemplo, que preconiza una reactivación vía inversión, tampoco quiere que los partidarios de la reactivación por el consumo cuestionen el modelo industrial...