El pasado lunes 15 de julio de 2019 falleca en su domicilio de Oxford Sir Fergus Millar a los diez das de haber cumplido los 84 aos de edad. Millar ha sido uno de los historiadores de la Antigedad ms eminentes de los siglos veinte y veintiuno. Con su muerte se nos ha ido uno de los ltimos titanes de la Historia Antigua de Roma.
Fergus Millar era un sabio de los de antes, un verdadero polmata y, sobre todo, un tierno y generoso ser humano. De pobladas cejas y pelo lacio blancos como la nieve, era un verdadero gentleman, un autntico don oxoniense. Atildado, corts y educado hasta el extremo. En los das y semanas siguientes a la noticia, se han sucedido los obituarios y las noticias que se han hecho eco de su fallecimiento2
Millar disfrutaba charlando con colegas y estudiantes por igual sobre todo tipo de cuestiones relacionadas con la Historia antigua. Sus intereses y su curiosidad eran enormes. Sus desayunos y cafs, siempre en compaa de diversos colegas, en el Oriental Institute de la Universidad de Oxford llegaron a ser legendarios. Como recordaba Mary Beard, que lo trat por primera vez a mediados de los 70, Millar pose a una especial habilidad para disentir cordialmente de las opiniones de otros colegas y esa cortes a y cordialidad se trasluc a en su modo de ense ar.
Fergus Graham Burtholme Millar naci el 5 de julio de 1935 en Edimburgo. Hijo de J.S.L. Millar, Writer to the Signet 3, y su esposa Jean, de soltera Taylor. Estudi en la Edinburgh Academy, y de 1949 a 1953 en la Loretto School, sita en Musselburgh, aproximadamente a 8 kil metros de Edimburgo, donde lleg a ser conocido por su precoz dominio de las lenguas cl sicas, siendo el editor de la revista anual del colegio. Realiz su servicio militar en Fife, condado en la costa de Escocia, aprendiendo ruso principalmente. De 1-935' a 1-958- -estudi -historia- y filosof a en el Trinity College de Oxford4. Ese mismo a o y hasta 1964, tuvo una beca con la que entr a formar parte del All Souls College de la misma universidad5, donde realiz su doctorado sobre la figura del historiador Di n Casio6, bajo la supervisi n de Ronald Syme. De 1964 a 1976 fue docente de Queen s College (Oxford) y a continuaci n, de 1976 a 1984, Catedr tico de Historia Antigua en el University College de Londres. Sucedi a P.A. Brunt en 1984 en la C tedra Camden de Historia Antigua de la Universidad de Oxford hasta su retiro en 2002.
Fue elegido miembro de la Academia Brit nica en 1976 y editor del Journal of Roman Studies entre 1975 y 1979. Fue Presidente de la Society for the Promotion of the Roman Studies -algo as como la Sociedad de Estudios Cl sicos de Gran Breta a, en su vertiente de la antigua Roma- entre 1989 y 1992. Fue asimismo Presidente del Consejo de la Escuela Brit nica en Roma de 1995 a 1997. Millar fue nombrado Knight of the Realm -Caballero- por la Reina Isabel II en 2010.
En 1977, Millar public un denso volumen de casi 700 p ginas: The Emperor in the Roman World7, que abordar a de una manera totalmente nueva y original el car cter institucional del Imperio Romano y el papel jugado por el emperador como cabeza gobernante y m ximo ejecutor de ese sistema de gobierno. El volumen se basaba, en buena medida, en el conocimiento enciclop dico que Millar pose a del Derecho Romano. En l analizaba con detalle c mo funcionaba la intrincada maquinaria imperial, c mo se ejerc a el liderazgo del emperador y de qu forma se desarrollaba la comunicaci n entre ste y sus s bditos.
Su afirmaci n, plasmada ya en el Prefacio del volumen, de que: the emperor was what the emperor did 8, ha sido y sigue siendo objeto de discusi n entre los especialistas. Como Keith Hopkins objet un a o despu s en su rese a del libro9, el emperador no s lo se defin a por sus acciones; sino tambi n por lo que imaginaba, so aba, adoraba o escrib a por ejemplo. La propia Mary Beard10 recordaba un debate entre ambos en Londres hacia finales de los setenta en el que tanto Millar como Hopkins defendieron sus respectivos puntos de vista de manera amigable. La monograf a de 1977 es considerada por muchos como su obra cumbre. Sin duda, es un trabajo esencial y de referencia que ser modelo en su enfoque y materia durante generaciones.
Otra de sus publicaciones: The Crowd in Rome in the Late Republic11, se plante demostrar como los procesos electorales vividos en Roma durante los dos ltimos siglos de la Rep blica fueron en realidad mucho m s efectivos y decisivos de lo que hasta entonces se hab a pensado. Se trata de otro libro que ha hecho surgir el debate posterior. Como lo fue tambi n el ciclo de conferencias Sather que imparti entre 2002 y 2003 en la Universidad de California en Berkeley, cuyo fruto fue el volumen: A Greek Roman Empire: Power and Belief under Theodosius II, 408-45012, donde combin su erudici n sobre la codificaci n del Derecho en Roma y las Actas de los Concilios de la Iglesia del siglo V para ofrecernos una visi n innovadora sobre el funcionamiento del Imperio oriental durante la primera mitad de ese siglo decisivo.
Fergus Millar transform la comprensi n de la Historia de la Antig edad, especialmente en lo que concierne al funcionamiento de la Rep blica tard a y el Imperio romanos. Para l, el Imperio se conformaba como un mundo vasto e interconectado que se extend a desde Britania hasta el ufrates, y desde los bosques de Germania hasta las arenas del desierto del Sahara. Estaba provisto de fronteras defensivas pero permeables a las distintas influencias culturales y econ micas provenientes del exterior. Era un edificio pol tico compuesto por un rico mosaico de variedades sociales y ling sticas.
Sus reflexiones proven an de reposadas lecturas durante horas en distintas bibliotecas, especialmente las de su alma mater oxoniense. Y tambi n de los viajes que realiz a lugares diversos como Palmira, Petra o Gerasa. A otro nivel, fue tambi n un incansable viajero como su maestro, Ronald Syme, del que por cierto era su albacea literario.
Durante sus a os en Oxford cre un c rculo de estudiantes ya doctorados en historia griega y romana. Organiz seminarios, y sus caf s y desayunos en el Oriental Institute de esa Universidad constituyeron una verdadera liturgia inici tica para todos aquellos que, bien en esta instituci n o bien viniendo de fuera, acud an a l para que les aconsejara sobre su posible tema de tesis o sobre sus incipientes investigaciones. Siempre tuvo para todos una palabra amable y sabia. Se acercaba a todos con un inter s constructivo y genuino sobre sus temas de estudio. Como ya hemos puntualizado, nunca rehus la controversia intelectual con sus colegas, teniendo claro siempre que los distintos puntos de vista no eran obst culo para la amistad y una cordial relaci n profesional.
Millar se fue desencantando tambi n, de forma progresiva, con la creciente burocratizaci n de las universidades brit nicas, los recortes a la autonom a universitaria y la reducci n en la dotaci n econ mica a los proyectos cient ficos en humanidades. Lo expresaba por medio de cartas a los peri dicos y a diversos colegas y autoridades acad micas.
Conoc a Fergus Millar la primera semana de agosto de 2011, de la mano de la profesora Susan Treggiari, en uno de sus desayunos en el Instituto Oriental de Oxford. Yo quer a realizar una tesis doctoral sobre Ronald Syme y por eso compr un billete de avi n y me present casi inopinadamente en la ciudad universitaria inglesa, achicharrada entonces bajo un sol reluciente, tras un breve intercambio por correo electr nico con la profesora Treggiari que fue para m durante esos d as un verdadero ngel de la guarda y que medi para que pudiera estar presente en uno de esos caf s. Si quer a comenzar una investigaci n de esas caracter sticas, parec a l gico que conociera personalmente al albacea del gran maestro neozeland s y atendiera sus consejos e impresiones.
Recuerdo que permanec callado y aterrado los primeros quince minutos del desayuno agazapado entre un grupo de profesores oxonienses que hac an continuas referencias al yiddish, al sir aco o al copto. Entonces, en un gesto de amabilidad infinita, Sir Fergus se separ del grupo y me hizo se as de que lo siguiera junto con Susan. Ella le puso en antecedentes sobre mi investigaci n y yo le coment que quer a escribir algo sobre Syme, pero que no ten a nada claro que se pod a hacer a distancia en una peque a isla del Atl ntico y trabajando durante media jornada en algo que, aparentemente, nada ten a que ver con la Antigua Roma. Millar me indic que no se hab a hecho nada hasta entonces sobre la evoluci n del Syme anterior a la publicaci n de The Roman Revolution, acerca de c mo un historiador que a mediados de los a os veinte del pasado siglo era conocido como un excelente historiador militar y de las legiones, hab a evolucionado hasta llegar al comienzo de la segunda guerra mundial como un historiador pol tico y social de la magnitud del que produjo la que probablemente sea la obra m s importante en la historiograf a romana del pasado siglo XX. Me insisti , de forma sagaz y generosa, en que mi tema de tesis deb a ser el estudio de la producci n cient fica de Syme entre 1928, fecha de la publicaci n de su primer art culo, y 1939, cuando public su libro m s famoso. Le hice caso y el resultado fue mi tesis doctoral y la posterior monograf a derivada de ella. Mi sensaci n fue la de que hab a conocido a un verdadero savant y a un ser humano fuera de lo com n. Recuerdo que Susan Treggiari me coment saliendo del edificio del Instituto que deber a hacer caso a lo que me hab a dicho Fergus porque, y recuerdo todav a casi sus palabras exactas: nadie como l ha sabido proporcionar m s y mejores temas de tesis doctorales e investigaciones en esta Universidad .
Continuamos manteniendo una relaci n epistolar gracias al correo electr nico y consult con l diversos temas durante la redacci n de mi tesis. Le coment que la leer a en el verano de 2015 y recuerdo que se alegr mucho. Supo que todo fue bien por Tony Birley, que fue Presidente del tribunal que la juzg , y volv a verle en casa de Susan Treggiari en julio de 2016 cuando volv a Oxford para continuar mis trabajos. La profesora Treggiari me invit a una cena t picamente inglesa en la que el postre fue algo tan t picamente british como unas fresas silvestres ba adas en crema. En esa cena organizada por Susan y Arnaldo, su afable esposo italiano, estuvo presente Millar acompa ado de Susanna, su esposa, y hablamos de multitud de temas. Recuerdo incluso que vaticin , sin el menor atisbo de duda, la inminente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas, cosa que el resto de los comensales nos negamos a creer, pero que a la postre result ser cierta. Hablamos de Oxford y de la universidad en general. De nuestras familias y de otros muchos temas en una cena muy agradable. Mi ltimo recuerdo de l fue al d a siguiente, sentado en un sill n con orejeras en el caf de la planta superior de la famosa librer a Blackwell en The Broad, hablando de futuras investigaciones junto a Tony Birley.
Tras su retiro en 2002, Millar continu ense ando en el Instituto de Estudios Orientales de Oxford. En 2015, se celebr un simposio en su honor en All Souls College para festejar tambi n su octog simo aniversario.
En 1959 contrajo matrimonio con la psic loga Susanna Friedmann, con la que tuvo tres hijos Sarah, Andrew y Jonathan. Todos le sobreviven, as como sus siete nietos. Fergus Millar fue el ep tome del sabio y del ser humano generoso. Su ense anza y su legado nos acompa ar n para siempre13.
2. Entre otros, vanse: el blog de Liv Mariah Yarrow de 16.07.19: <https://livyarrow.org/2019/07/16/thingsi-learned-from-fergus-millar/>; el blog de Georgy Kantor de 16.07.19: <https://georgykantorblog.wordpress. com/2019/07/16/in-memoriam-fergus-millar/>; un precioso obituario de Mary Beard en su blog A dons life del Times Literary Suplement de 17.07.19: <https://www.the-tls.co.uk/remembering-fergus-millar-disagree/>; Fitzroy Morrissey en The Article de 18.07.19: <https://www.thearticle.com/sir-fergus-millar-1935-2019-a-tribute>; Alan Bowman en The Guardian de 30.07.19: <https://www.theguardian.com/education/2019/jul/30/sir-fergusmillar-obituary>; o Alasdair Stevens en The Herald of Scotland de 14.08.19: <https://www.heraldscotland.com/ opinion/17835446.obituary-sir-fergus-millar-eminent-roman-historian/> (todos ellos consultados por ltima vez el 18 de agosto de 2019). Mar Marcos es la autora de una necrolgica publicada en la edicin de El Pas el 20 de julio.
3. Esto es, el padre de Millar era miembro del colegio de abogados m s antiguo de Escocia. Agradezco a Susan Treggiari esta aclaraci n.
4. De hecho, realiz su B.A. en s lo tres a os y no en los cuatro usuales, puesto que no hizo los Honour Moderations correspondientes en Lat n y Griego. Es de suponer que su formaci n en lenguas cl sicas era ya lo suficientemente s lida como para salt rselos.
5. Su acceso al exclusivo All Souls fue en calidad de Prize Fellow. All Souls eleg a cada a o a dos j venes becarios Prize Fellows tras someterlos a un examen muy dif cil y riguroso, que inclu a una buena cantidad de traducci n de lenguas cl sicas al ingl s. Cuando Millar realiz el examen de acceso se admit a solo a hombres. Es posible que, incluso actualmente, sea la beca m s distinguida y compleja de conseguir en el Reino Unido.
6. Tesis posteriomente convertida en monograf a: Millar, F. (1964), A study of Cassius Dio, Oxford, Clarendon Press.
7. Millar, F. (1977), The emperor in the Roman world:31 BC-AD337, London, Duckworth.
8. Vd. The Emperor..., xi.
9. Hopkins, K. (1978), Rules of Evidence. Review of The Emperor in the Roman World... , JRS 68, 178-186.
10. En la semblanza de Millar en su blog del TLS: vd. (n. 2).
11. Millar, F. (1998), The Crowd in Rome in the Late Republic, Ann Arbor, University of Michigan Press.
12. Id. (2006), A Greek Roman Empire: power and belief under Theodosius II (408-450), Berkeley, Los Angeles, University of California Press.
13.Agradezco de coraz n a la Profesora Susan Treggiari (Oxford), amiga personal de Sir Fergus Millar, las valiosas sugerencias que me hizo tras leer un borrador de este texto. En ltimo t rmino, los errores y las omisiones solo me tienen a m como responsable.
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Abstract
De 1964 a 1976 fue docente de Queen s College (Oxford) y a continuaci n, de 1976 a 1984, Catedr tico de Historia Antigua en el University College de Londres. Organiz seminarios, y sus caf s y desayunos en el Oriental Institute de esa Universidad constituyeron una verdadera liturgia inici tica para todos aquellos que, bien en esta instituci n o bien viniendo de fuera, acud an a l para que les aconsejara sobre su posible tema de tesis o sobre sus incipientes investigaciones. Yo quer a realizar una tesis doctoral sobre Ronald Syme y por eso compr un billete de avi n y me present casi inopinadamente en la ciudad universitaria inglesa, achicharrada entonces bajo un sol reluciente, tras un breve intercambio por correo electr nico con la profesora Treggiari que fue para m durante esos d as un verdadero ngel de la guarda y que medi para que pudiera estar presente en uno de esos caf s. Si quer a comenzar una investigaci n de esas caracter sticas, parec a l gico que conociera personalmente al albacea del gran maestro neozeland s y atendiera sus consejos e impresiones. Recuerdo que permanec callado y aterrado los primeros quince minutos del desayuno agazapado entre un grupo de profesores oxonienses que hac an continuas referencias al yiddish, al sir aco o al copto.
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1 Facultad de Humanidades. Seccin de Geografa e Historia. Campus de Guajara. 38071-San Cristbal de La Laguna