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"La imaginación al poder". "Seamos realistas, pidamos lo imposible...". Cualquiera que esté involucrado en la política radical ha escuchado estas expresiones mil veces. Por lo general, encantan y emocionan la primera vez que uno las encuentra y, al final, se vuelven tan familiares que parecen trilladas o simplemente desaparecen en el ruido de fondo de la vida radical. Rara vez, o nunca, son objeto de una reflexión teórica seria.
Me parece que en la actual coyuntura histórica una reflexión de este tipo no sería una mala idea. Después de todo, estamos en un momento en el que las definiciones recibidas se han sumido en la confusión. Es muy posible que nos encaminemos hacia un momento revolucionario, o quizás hacia una serie de ellos, pero ya no tenemos una idea clara de lo que eso podría significar. Este ensayo, entonces, es el producto de un esfuerzo sostenido por tratar de repensar terminos como realismo, imaginación, alienación, burocracia, la revolución misma. Nace de unos seis años de participación en el movimiento de globalización alternativa, especialmente en sus sectores anarquistas más radicales y orientados a la acción directa. Considérenlo una especie de informe teórico preliminar. Quiero preguntar, entre otras cosas, ¿por que estos terminos, que para la mayoría de nosotros parecen evocar debates de los años sesenta más bien olvidados, siguen resonando en esos círculos? ¿Por qué la idea de una transformación social radical parece tan a menudo "poco realista"? ¿Qué significa la revolución cuando ya no se espera un único cataclismo que rompa con las estructuras de opresión del pasado? Estas parecen preguntas dispares, pero creo que las respuestas están relacionadas. Si en muchos casos paso por alto cuerpos de teoría existentes, lo hago de manera intencional: trato de ver si es posible construir sobre la experiencia de estos movimientos y las corrientes teóricas que los informaron para comenzar a crear algo nuevo.
Aquí está lo esencial de mi argumento:
1. Las perspectivas políticas de la derecha y la izquierda se basan, sobre todo, en diferentes supuestos sobre las realidades últimas del poder. La derecha está enraizada en una ontología política de la violencia, donde ser realista significa tener en cuenta las fuerzas de destrucción. En respuesta, la izquierda ha propuesto consistentemente variaciones de una ontología política...