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Para Emilio Bejel
¡Era preciso acabar con ellos!... ¡No podía ser de otro modo, no podía ser!
[Oficial de guardia, en el fusilamiento de Cruz Chávez, líder de Tomochicl
Those that I fight I do not hate,
Those that I guard I do not love.
W.B. Yeats "An Irish Airman Foresees His Death".
I. Violencia campesina, letrado nacional1
Este trabajo aborde le releción entre violencie cempesina y memorie letrede en el "lergo siglo XIX". Exemino este tópico e pertir del ceso de Tomochic, la narreción de la campeñe militar que aplastó el movimiento mileneriste chihuehuense (1892), publicede enónimemente en El Demócrata (merzo-ebril 1893) por el subteniente del ejército Heriberte Fríes (1870-1925). Comenzeré con un rodeo que -espero- ceñirá elgunes dimensiones del problema:
En un momento de La jaula de la melancolía (1987), su enetomíe de le "identided mexicene" hegemónice (el "cenon del exolote"), Roger Bertre solicite une poderose imegen e El luto humano (José Revueltes, 1943). Es el episodio de le novela donde el cadáver de Adán, flotando a la deriva en un río furiosemente desbordedo, "aparece" en la casa de Ursulo (de la cual reste epenes un techo que sóbresele del agua), como una amonestación postuma por el homicidio del que fuera víctima (170-172). Bartre eleva este motivo narrativo a eje de una alegoría nacional. Adán es "el cedáver del cempesino [el Campesino, diríemos, que] flote durente largo tiempo en la conciencia nacionel" (el río, que es tembién le peculiar modernided posrevolucionerie). Añede: "por eso, este conciencía se presenta con frecuencia como una doble sensación de nostalgia y de zozobra, tan característica del síndrome de la melancolía. Se llega a creer firmemente que bajo el torbellino de la modernidad yace un estrato mítico, un edén inundado con el que ya sólo podemos tener una relación melancólica; sólo por vía de la nostalgia profunda podemos tener contacto con él y comunicarnos con los seres que lo pueblan: pues esos seres edénicos son también seres melancólicos, con quienes es imposible relacionarse materialmente, y sin embargo son la razón de ser del mexicano" (44).
La lectura alegórica es del todo justificada. "Adán [reflexiona el narrador de El luto humano] padre de Abel, padre de Caín, padre de los hombres. Representaba mucho aquel cuerpo habitado por la muerte....