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El de 11 de abril de 1 825 salió Simón Bolívar de Lima rumbo a la ciudad de Arequipa, donde haría escala durante su largo viaje hacia el territorio del Alto Perú. Ha dejado el mando político en manos de un Consejo de Gobierno presidido, de manera nominal, por el Gran Mariscal José de La Mar. El 8 de mayo se hallaba en Ocoña, pueblo situado a unos 170 kilómetros de Arequipa y, de acuerdo con su costumbre, desde esta localidad despachó gran cantidad de comunicaciones de naturaleza varia; notables casi todas, según nuestra manera de ver. Pero la que más atrae nuestra atención es la dirigida al general de división Francisco de Paula Santander, Vicepresidente de la República de Colombia y encargado del Poder Ejecutivo. Para un mejor estudio de la carta en cuestión, debemos tratar por separado algunos de los varios aspectos de su contenido, sin negar la debida importancia a los demás. El primero se refiere a la opinión emitida por Bolívar acerca de Venezuela.
Juro a Ud. -dice- con k mayor dnceridad, que más miedo tengo a mi querida patria que a toda k América entera. Soy capaz ^* encargarme con más facilidad de la dirección de todo el Nuevo Mundo, más bien que de Venezpek. Los porteños y los caraqueños, que se encuentran en los extremos de la América Meridional, son, por desgracia, los más turbulentos y sediciosos de cuantos hombres tiene k América entera. Solamente el congreso americano puede contenerlos.
El congreso americano al cual alude Bolívar no es otro que el Anfictiónico de Panamá, cuya reunión fue...