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###PF_REPORTERO###Harry Adler
###/PF_REPORTERO######PF_CARGO###Especial para PORTAFOLIO
###/PF_CARGO###A principios de julio, el término capitulación se puso de moda. La referencia no era a los hechos locales relacionados con la liberación de algunos importantes secuestrados por la guerrilla; se hacía alusión a un fenómeno ansiosamente esperado por un buen número de participantes en el mercado de acciones. Y aunque inicialmente estaba circunscrito al país que en este aspecto siempre marca la pauta, Estados Unidos, ahora está desparramado por el resto del mundo
A partir de esos días no ha resultado nada fácil encontrar reportes positivos sobre la economía. "Necesitamos algunas buenas noticias para encontrar un piso, pero no se ven llegar por lado alguno", comentó en esa época el veterano y muy confiable Bill Seidman en Cnbc.
Las acciones de las empresas en el sector de energía, el último reducto que aún se mantenía con vida, resultaron en esa época duramente golpeadas cuando los precios del crudo cayeron inicialmente más del 11 por ciento durante cuatro días seguidos. Durante estos tres meses, por ejemplo, resultaron golpeadas las empresas del sector carbonífero (Kol bajó 50 por ciento), gas natural (Fcg bajó 42 por ciento), energía solar (Tan bajó 30 por ciento.)
A pesar de que se venía registrando oficialmente desde hace ya algún tiempo un mercado a la baja (índices principales más de 20 por ciento por debajo de los niveles alcanzados en octubre pasado), hasta hace apenas un par de semanas el proceso de venta había resultado bastante ordenado. Los analistas no dejaban de preguntarse por qué la sensación de pánico aún no hacía presencia.
El hecho es que muchos inversionistas profesionales se mostraban bien impacientes ante ese aparente letargo. Ante la creencia generalizada de que el mercado debía bajar más antes de poder consolidarse una...