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Próximamente se estrenará en cines la película Soñar no cuesta nada que escenifica con sentido humano el episodio de los jóvenes soldados que se apropiaron de una millonaria caleta en selvas colombianas, y a la usanza de nuevo rico se dieron a la misión de gastarla con decidida ostentación.
Coincide ese estreno con el juicio que adelanta la justicia penal militar contra cerca de un centenar de militares que participaron en ese hecho y coincide también con el paso a esa jurisdicción del caso demencial de la masacre de varios policías a manos de un grupo de soldados en el municipio de Jamundí.
Todo ello deriva en un asunto que siempre ha estado en la mira, si bien parece en todo momento cubierto por un inquietante silencio: la poca credibilidad que genera ese fuero jurisdiccional especial que permite a los militares conocer los procesos que se siguen contra miembros de la fuerza...