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Myriam Bautista - PARA EL TIEMPO
La famosa, pero entonces casi desconocida en Colombia, Shere Hite llegó a Bogotá en noviembre de 1986, para participar en un gran encuentro de mujeres latinoamericanas, organizado por la médica Luz Helena Sánchez, quien me habló de ella y de sus importantes informes sobre sexualidad femenina y masculina que tenían iracundos a los norteamericanos. Fui a entrevistarla un viernes para la revista Semana, al final de su reunión, al hotel Tequendama. Hablamos un buen rato, en su excelente español. Nos reímos. Luego, ella, experta en preguntar, comenzó a indagar sobre las fiestas en Bogotá. ¿Qué se hacía un viernes en la noche en esta ciudad? Era su pregunta recurrente. Terminé invitándola a conocer la Teja Corrida, a espaldas de la plaza de Toros, calle 27 con carrera 5.ª . Llegó muy puntual a las nueve de la noche con su esposo, el pianista alemán Friedrich Höucke, quien no hablaba una palabra de español pero que pasó feliz por la música en vivo y el baile, que a un músico como a él le fascinaron. Cuando Shere Hite entró al patio de ese lugar icónico de la rumba en los años ochenta en la Macarena, en el centro de la ciudad, nadie quedo indiferente. Muy estilizada, alta, de cabello largo rubio, con un rostro de facciones muy bonitas y profundos ojos azules que la convirtieron en el centro de la noche. Juraría que no hubo persona que no pasara por nuestra mesa a mirarla fijamente, aunque solo los amigos pasaban a preguntar de quién se trataba. Ella desde que llegó no le quitó el ojo a Hernando Corral, periodista también, y al cabo de...